Una hija para el CEO solitario
rdad crees que es normal? ¿No te has puesto a pensar
to. A su lado, en el asiento del acompañante, la mujer que habló chascó con la
rá desplazada de alguna manera. ¿No te has puesto a pensar en eso, en sus sentimien
carga traían mercancía a la ciudad o la llevaban a distintos lugares del país y
mujer no esta
as?! ¡¿Qué te pasa?! ¡Tú no eras así! ¿Por
a en la profundidad de sus ojos, lo que alertó a la mujer, in
? ¿Qué no me importas? ¡
anto que lo vio con los ojos bien abiertos; pero no est
, actúas con indiferencia e ignoras lo que te digo! ¡Mírate! ¡Hoy es el primer día en mucho tiempo
mido por semanas bullía desde dentro como una aplanadora. Ella jadeaba y ten
camino y se fijó en ella-. ¡He pasado todos estos días partiéndome el lomo porque la emp
ro, Andrew! ¿No soy yo
s lágrimas, un retrato compungido de miles de emociones que llevaban
ado a toda velocidad, y apenas tuvo tiempo de abrir de más los ojos cuando un golpazo sacudió el auto, enviá
edo, terror, y una pregu
ra v
ra