Antología Erótica (Reyes del Deseo)
: I
ica In
ara, empecé a buscar varias formas para escapar de toda esta mierda en que me había met
so el podía tomar acciones en contra de mi po
nde una vez quise quedarme para siempre, esa actitud tan posesiva
ía mi zona V, rocé mis pliegues y cerré los ojos imaginando que eran s
acía atrás para tomar el vib
ltó de emoción, yo moría por probar nuevamente eso
de pensar en su piel dorada tan suave y perfecta, su boca devorandome por completo, sus manos
a marcado, me había puesto su sello pues el placer que sentía solo de recor
arme en lo que es real y organizar mi regreso que sería en un semana, debía presentar mi renuncia, resolver el
o para tan p
ervios están de puntas, no se que diablos pasa conmigo tam
mi hermano Bastian y junto a él se encontraba Demian y la pequeña Eli (hija menos de mi hermana cecilia
eran sin control, el encuentro de Pia con sus primos fue a
y de dónde nunca debiste huir. -Dijo Bast
do a precisión y se veía algo húmedo, iba vestido en un traje azul ma
se veía muy guapo y su musculatu
sinceridad, a lo que el sonrió y sus ojos se
, además tú no te quedas atrás... "Estas hermosa". - Sonre
iz de poder e
dos, así que vámos... -Bastian tomó a Pia e
tiempo estaba tan diferente, mi hermana Cecilia se veía radiante con su tercer bebé de meses, ahora estaba casada con el oficial Tyler, cosa que no me extraño
ojos había vuelto y estoy segura de que
e que podrás hacerlo. -Tara se acercó hasta mí pero to
iero que piense que estoy allí por él. - Dij
portunidad para contarle a verdad, porque lo vas hacer Iría, ya no debes espera
r dejen que haga esto a mi modo, entiendan que había
ómo voy a reaccio
izarte y resolver tu indecisión, ese es el tiempo
rimera vez que Pia se separa de mí, no dudes en llamarme si. - L
n nuestra casa. - Negué con mi cabeza y
es del pequeño pero cómodo depar
cercaba a ella con ternura para besarla pero además tenían una charla
é con curiosidad mientras ellos se
el rato -Bastian dejó escapar una sonrisa ne
a Pia y prometí llamarla cada noche durante
esultaría todo mañana, p
da y muy suave lo cual ayudaba a tranquilizar el filo de mis nervios, ya
Agua? -Preguntó seguramente notó que e
a silla y dí pequeños golpecitos con el pie, e
as paredes formaban un contraste minimalista que generaban una hermosa vista, c
bien helado, lo que me hizo pensar que hubie
istraidamente pensando en cómo reaccionaría Ace si ll
d&Bens? -Ella contemplaba mi reacción de una manera
y me gustaría incorporar algo de eso en Ford&Bens, creo y espero ser apta para este puesto. -Hice una pausa esperando su reacción, la cuál
pero sin embargo quiero saber si te gustaría dar un recorrido
í con seguridad, luego una c
conocerte Iris, mañana haremos lo de tu contrato y lo que haga falta, Bienveni
o estoy dentro
mbiente y te sientas como en casa. - Jenny era una chica agradable, se
staba contenta de estar aquí, era una gran oportunidad y había una p
a, caminé rápido para conseguir un taxi, pero choqué con alguien y fue como
lpe señor, venía distraída y no lo vi... -Dije pasando la vista por el cuer
. -Me quedé petrificada cuando llegué a su rostr
A
s finos pantalones confeccionados a su medida, mostrando su poderosa virilidad, el tiempo no le hacía jus
o un hombre que está
ue se encontraba a su lado, mi rab
.. de seguro ac
infierno, veía que me hablaba pero yo solo me d
ue le daban cierto toque de elegancia, respondí a cada una de sus preguntas con pal
un deseo que estaba dormido desde hace mucho y mi
idiot
rás, levanté todas mis cosas con rapidez y con recelo me a
e me vigilaba y cómo si se diera cuenta de lo que yo estaba sintiendo me d
eas Ace Be
ba mirarlo desde lejos y sentía como si la tierra bajo mis p
no poder evitar mi desastrosa
entro lo ganó el ya estaré
siguie
aprovechaba de estirar el cuello torcido de mi blusa, Pero también me quede en trance un
no para mirar mis uñas por últim
amo de flores que adorna mi escritorio, me sentía incómoda bajo la atenta mirad
antas más arriba, mi cabello se desordenó un poco y mis zand
- Me gritaron mientras entré a la oficina con riesgo
s dedos entrelazados frente a su e
cielo. -Dijo en tono calmado y le hizo seña
ira, no se porque
o que me re
e crees que van a pensar mis compañeros de m
igo, no entiendo porque te enojas. - Apreté mi mandíbula y coloqué el r
n una tipa. En su oficina y hoy
bien claro, tú no eres mi jefe... ¡Tamara lo es! -Sus ojos adquiri
hizo sentir una
caer con esto como la demás, estás muy equivocado. -Me d
lates, ¿Verdad? -Dice cómo si nada removiendose en su
irme, pues su tono cínico me hab
haciendo
hable con el y le
mposi
uladamente le doy vuelta e
e las arregla para vers
od
ridícula porque varias personas me ven, apenas es mi pr
o para usted señor Ace Beringuelis... No vas