Señales del destino
des blancas me llamaron la atención, porque contrastaban con el sucio recinto donde me tenían secuestrada. Me incorporo en la cama y veo el suero que han con
ás a salvo – me sobresalté. ¡Esa voz
unté sin poder pa
y las apretó, brindándome apoyo, de
mo te
rminar porque comencé a llorar, totalmente desconsolada. Mi
no llores, ya est
de preguntar con cr
o llegu
u lado y propiciar, que el abusador, realizara el secuestro con facilidad. Después descubrimos que Is
s? – pregunté, aún con
expresión de alivio en su
mento consideré leal y amistosa, me había trai
Tenía una extraña capacidad para leer mi mente
.. si estoy viva
aun a costa de su vida. El secuestro, teniendo en cuenta la red de mentiras y patrañas de las
s mantenía
debí darme cuenta
ás pensé que fuera capaz de tra
o cambió, rabia contenida y dolor eran los sentimientos
que haberle hecho pagar, con mis propias manos
al depravación, pero, al menos, el encierro, lo alejaría de mí. Me moví incómoda en la cama. El dolor sordo de los
eguntó él con la mira
que experimenté ante su presencia – dije – el mu
trasmitirme la fuerza que necesitaba para continuar la lucha,
radójicamente, después del secuestro, me sentía fortalecida y decidida a enfrentarme a la vida con valentía. Cada día era un nuevo desafío. A pesar de saber qu
do. Fue difícil, mientras me dirigía al vehículo, desde la editorial, ser asaltada por un
dón – pronunciab
mbargo, algo, en ella, me parecía familiar. Sus palabras me impactaron. ¿Sería...? ¡Imposible! Mi madr
gunté para corro
usurro – no merezco ese nombre,
ón activó las alarmas. ¿Por qué me dijeron qu
habías muer
rtante que podía tener. La vida que había llevado, me mostraba la imagen de una indigente anciana, a pesar de sus 4
dijo – eres una
ia – tú te encargaste de todo... per
s con un movimiento hábil. Intenté liberar
la apartó, mientras me
sé, tratando de regular la respir
, mientras me debatía entre la incomodidad d
ún un poco descontro
te intentó tocarme, yo me tensé de inmediato y comencé a temblar
acerque,
ñas demostraciones de cariño de mi progenitora generaron un rechazo y
otector – necesito saber que me quiere
i cuerpo. Mientras jugaba con mis cabellos, dejaba breves besos en
u madre?
ligero movimie
verla tan desencajada, arrodillada y pidie
sabes que está viva? – i
aro cómo procedería al respecto. Él dejó de insistir,
a deseo de tomar una taza de café. Necesitaba relajarme
o no podía, al verla, dejar de pensar en Isabel y en su habilidad para e
de una bandeja circular, la
a placentera ducha, decidí caer, en la cama, disfrutando de una extraña
ahora, después de 10 años, ap