Antologias de Amor
esto de ojos rasgados para Eric y una B señalando un hoyuelo que se dibujaba en el rostro de Benjamin cuando sonreía. Una K y seña de a
la lo tomó con regocijo al ver que su niña podría encontrar en Marianne una amiga especial, otras en cambio como la mamá de Andrea vieron en Marianne una peligrosa amenaz
el receso que no reparó en la presencia de su madre. Helena notó la presencia de la pequeñita que había visto en la mañana junto a Edward y sonrió al ve
ió algo confundida. ¿Por qué su hijo hacía señas con sus manos? ¿Por qué la niña lo miraba como si le entendiera? - Marianne padece de
ar el orden de las señas. Helena y Charles estaban empezando a i
on a Helena a acercarse a Ed
- le susurró con cariño a lo que el pequeño
os está esperando - Edward se removió incomodo cuando H
con una sonrisa y para ver como su pequeño
Edward en señas. Kate sonrió emocionada al ver como Edward lo
abrazaba tiernamente - Ya me te
o de su padre y vio como el súper héroe de
hija le respondió con su manito hecha puño en la señal universal d
habían colgado una pizarra de color blanca decorada con letras de colores. Junto a ella había el mapa del estado de
les contó sobre la historia de Kate con su hermana Iris y lo amable que habían sido todos con la pequeña Marie. Todos sus compañeros lo alentaron a que dejara a Mar
es llevó a la cama a Marianne poco después de las 8 p.m. Y es que al día si
mentaba emocionado a su padre sobre la aventura de hoy, le habló de una niña que no escuchaba pero que él aprendería a comunicarse con ella. Su padre le sonreí
ufos y tú no me dejas escuchar - gritó molesta Elizabeth quien est
mó la atención Helena
uela que hablar de esa niña. Que Marianne esto, que Marianne el
no - Eso ha sido muy grosero de tu parte. Apaga
terminado - dijo la niña cruza
... - Elizabeth dio una mirada envenenada a sus padres y a
a. Marianne es una niña que a pesar de ser tan chiquitita ha
pondió inflando su pecho y subiénd
azos y lo subió a su habitación. Luego de una ducha con su pato d
añanas. Primero las cortinas ya estaban abiertas y Edward despierto rascando sus ojos y lo segundo y más extr
acercándose a él dejándole un beso en
a a ver a Marianne - re
íe más gomitas por conseguir que mi campeón quiera ir a la es
o se sentó a desayunar. Aún seguía molesta y sus padres lo sabían, pero el carácter de Elizabeth era algo esp
dola en el suelo la abrió y notó que su madre había dejado un biberón de leche allí. El pequeñ
? El biberón de anoch
ya no toma biberón, así que yo tampoco lo haré - su madre sonrió mientras negaba. Al parecer la p
alón para verificar un pequeño detalle. Su rostro se iluminó al ver en la misma sillita d
íamos al hablar como introducción a la terapia
que todos aprendamos a hablar b
a Kate? - pregunt
dor ella deberá aprender a leer los labios. Si hablamos muy rápido o de manera incorrecta ella no va a entende
Marie a quien tomó con cariño la mano - Yo vo
P, la M, la K, la Q, estos dos últimos que eran para una persona sorda los
arianne. Cada vez Edward lograba decirle te quiero con más rapidez, incluso al finaliza
esito acompañar a Marie a clases. Marianne por su parte empezó a dar indicios de progresos académicos, se comunicaba con más facilidad y su timidez comenzó a q
también lo hacían en la hora del receso. Se envolvían en una mágica burbuja donde el silencio a pesar de no decir nada
le de Edward por lo que el pequeño sonrió al imaginar su fiesta. Ya era todo un hombre grande y cu
reales. Su madre le dio una mirada reprobatoria al verlo hablar c
iguitos del salón - comentó Carl
on lo que decía frente a sus padres y de su hermano. Carl y Helena le hablaron unos días después diciéndole que el hecho que Marianne no pudiera escuchar no la hacía m
rlas - respondió su madre. La n
es del cumpleaños del pequeño Edward para ser repartidas por e
La pequeña estaba aprendiendo a leer los labios
on señas a Edward. El pequeño no entendió lo que
tra mientras el resto del salón c
ación el pequeño. Kate sonrió y preguntó a Marianne lo que había dicho a
iene algo de temor - Edward chasqueó su lengua y la abraz
rase de Edward. Siempre que esté feliz, siempre que esté triste, siempre cuando consiga un logro, siempre cuando alguien la rechace por
ía ser otra que no fuese de Spiderman, desde los manteles, servilletas, vasos y piñatas. Todo el techo estaba decorado con enormes te
un chaleco y un corbatín negro le daban el toque de elegancia a su camisa blanca y pantalón de tela costoso.
mismo personaje. Todos eran muy parecidos, nada diferente a lo que ya tenía en su habitación. Edward aún no sabía ver la
do vestido blanco y su cabello suelto adornado con unas flores del mismo color del vestido. En el rostro del niño se dibujó u
on la pequeña Marianne - ¡Es tu regalo! ¡Feliz Cumpleaños! - El niño frunció el
estaba cerca de la puerta agradeció a Charles el traer a Marie a lo que Charles re
... Yo personalmente la voy a cuidar - Con algo de recelo Charles acept
sintió avergonzada por la pequeñez de su regalo, pero era algo que h
ó que había un patio interno. Rápidamente
las amigas de Elizabeth - No sabía que tu familia se juntaba con personas extrañ
ó al patio. El lugar era bonito, tenía un césped muy bien cuidado y muchas flores de colores. A
tido tenía en la parte delantera Marianne sacó un papel muy bien doblado y se lo extendió a Edward. Él
orme, pero muy clara se veían dos muñecos; una niña y un niño que estaban tomados de la mano, debajo de ellos un enorme corazón
adecerle por el gesto, pero a diferencia de otras ocasiones en las que abrazaba el pequeño cuerpo de Marianne esta vez h
sí como lo hacía su padre. La pequeña se sorprendió y abrió los ojos como platos mas no se retiró. Fr
na promesa y un beso marcar