Mas alla del contrato
ctro blanco, un recordatorio silencioso del día que me esperaba. Apreté los labios y tomé aire profundamente, tratando de calmar
evento que corrían de un lado a otro, asegurándose de que cada detalle estuviera perfecto. Sabía que esta boda no era solo una ceremonia; era un espectác*l*
n que me arreglaran desde temprano. Maquillaje impecable, cabello perfectamente peinado en un recogido
s que la falda de satén caía en pliegues perfectos hasta el suelo. Me sentía atrapada en un traje que simbolizaba
desde la puerta, interrumpiendo mis pensamie
para enfrentar lo que venía. Mientras caminaba hacia la puerta, noté que mis piernas temblaban ligeramente, pero me forcé a m
ientos de flores blancas, candelabros de cristal y cortinas doradas. Parecía un escenario sacado de un cuento de hadas, pero para mí,
alta y atlética. Su mirada era fija, intensa, y cuando sus ojos se encontraron con los míos, sentí una descarga de electricidad cor
ra abrumadora, como si todo en la habitación gravitará hacia él. Pero no iba a
u mano era firme y cálida, una sensación que me tomó por sorpresa. Su sonrisa era *p*n*s una curva en s
urró, su voz baja, sol
n suavidad, sin apart
ron vacías. *p*n*s escuchaba sus palabras, atrapada en mis pensamientos y en el peso de la mano
lex tomó la iniciativa. Su voz era segura, autor
colaboración -dijo, sus ojos fijos en los míos-. Aunque nuestras razones para estar aquí hoy son... complejas, prometo ser t
su tono, en su manera de hablar, que parecía genuino. ¿O acaso estaba imaginando cosas? Me quedé mi
iré hondo, consciente de t
do. Prometo respetarte y apoyarte en las decisiones que tomemos juntos, como socios en esta... empresa conjunta -hice una pausa, sintiendo que mis p
de mis palabras, buscando algún significado oculto. Su agarre en mi mano se hi
de los invitados, el murmullo de felicitaciones, pero mi mente estaba en otro lugar. Sentía que
r un beso de cortesía para las cámaras, pero sentí una corriente de energía entre nos
-susurró en mi oído, su voz s
tono de su voz, por la cercanía de su aliento en mi piel, o por el hecho d
salón. Su mano en mi espalda era firme, segura, como si quisiera asegurarse de que no me escapara. Me
uerza controlada que hacía que mi piel hormigueara. Su proximidad era intimidante, pero también h
vimiento tan sutil que solo yo pude sentirlo. Mi corazón se aceleró, y lo miré directamente a los ojos.
límite, empujando a la gente a sus límit
, tan bajo que solo yo pude oírlo, sus labio
én podía jugar su juego, pero me limité a apretar los labios en una
c*l* diseñado para impresionar. Pero mi mente estaba fija en Alex, en cada movimiento, en cada palabra suya. No pod
e tuviera. Y en ese momento, supe que el verdadero desafío no sería se