El Padre de Mi Mejor Amigo
a Fer
e y yo permanecíamos parados en el balcón, intercambiando miradas que desbordaban devoción. Él esperaba una
cada parte de mi ser. Quería ser la chica intrépida y atrevida que siempre imaginé -y envidié-. Pero no sabía si podría evitar la culpa aplastante
e, sin mucha presión... -dijo él, co
in expresar aún todos los pensamientos pecaminosos que me inva
sintiendo que todo mi cuerpo vibraba cuando él inclinó la cabeza ha
do suavemente mi labio inferior. Al sentir su toque lánguido, una ola de valentía me invadió. Abrí los labios, permitiendo que su dedo tocara liger
enredando los dedos en mi cabello, mientras la otra mano presionaba mi cintura por encima del vestido de terciopelo que lleva
cerca. Nuestros rostros se acercaron rápidamente, y nue
u piel, arrastrándolas suavemente, provocándolo. El placer en la expresión de Dante, mientras mar
o una ola de calor consumir todo mi ser cuando su barba áspera roz
mí sin querer, sufriendo por la
que es para mí también, bella. -El acento
Estaba mucho más definido de lo que había imaginado. Bajé los dedos a lo largo de su abdomen, sintiend
de sensaciones, y no pude evitar seguir adelante. Curiosa, miré hacia abajo, queri
su nombre, apenas co
u voz estaba c
y amable... cuando
mis dedos. La sensación me hizo desear algo más, algo que ni siquiera sabía que quería expe
dí, mis ojos buscando
untó en un tono juguetón, haciéndome sonrojar
el regazo de Dante, siendo llevada hasta el gran sofá verde musgo dentro del loft. Me sor
estuviera analizando, antes de moverse. Sentí como si estuviera siendo pint
a verlo en cada uno de sus movimientos. Y