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El sexi doctor prohibido

El sexi doctor prohibido

Autor: Jo March
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Capítulo 1 Un atractivo extraño

Palabras:1828    |    Actualizado en: 19/08/2024

O

e la multitud y l

vezas, po

o, con las manos sobre el mostrador,

ero levantó una ceja

tenemos sed y necesitamo

quería decir y s

é mala ere

jos en blanco. ̶ É

necesitarlo mucho esta noche para l

arrugó. ̶ No creo que me b

. No sentirás dolor a

cep

s heladas sobre la barr

e dijo, y luego le dijo

la multitud, bus

sonrió. Soy

o he v

dulcemente otra vez? Es

aba de vaciar . Señalé con la cabeza el

antó corriendo. ̶ V

ero y yo la seg

golpeamos nuestras cervezas

victoria que h

rvando mis labios. ̶ Terminar de limpiar la cocina de Abb

tó el abrigo y se pasó los dedos por el pelo rubio, moj

na mano.

r

húmedo me tocó el cuello desnudo. "Ar

de mí, lanzándome una m

i bebida y tra

or la noche. Parecía que todo el mundo había terminado la semana la

bamos unas cervezas y nos relajábamos. No es que la interpretación de "Poker Face

frunció el ceño y se

eó por el escenario, echándose el inexi

o sabíamos que

subir ahí y decirle que pare. He tenido una

hagas .

lo

arla, le di un s

s, sobre el horario de

semana, Lena , nada

ba ayudar a los demás creando paraísos limpios y organizados para ellos. Era gratificante y d

mbas manos y se e

exhalé un suspiro y miré a mi alrededor. Pude reconocer casi todas las caras

con cualquiera mientras mi mejor amiga fotografiaba diferentes ángulos de su cara par

ar casas. Ver las mismas caras.

te estaba... aburrida. Quería algo diferente. Cualquier cosa para

n

s clientes de Busters, iba vestido de punta en blanco. Un traje negro se ceñía a su alta figura

ara gacha, concentrada en su paraguas negro. Con dedos largos y h

levantó l

cogió el

Aquellos ojos tormentosos rebotaron en mí y se me cortó la respirac

erpo la siguió. La fuerza de su cuerp

aldas a los reservados. Salí de mi trance y miré

taba sola. Todas menos Lena . Ella seguía concentrada en su

r su rostro. ̶ Oh, vaya. Volvió a sent

palabras salieron un

los ojos fijos en el hombre. ̶ Pero de verdad. ¿Quién

potente, crepitaba como la electricidad. Mi c

nuevo? ¿Un

o di un sorbo a mi cerveza. Mis e

gente que conocía -y amaba- pero d

debía seguir mis instintos. ¿Cuántas veces ap

enido una aventura de una noche. Era algo que toda mujer segura de sí misma debería experimentar una vez en la vida, ¿no? Mis par

a. Era lo qu

o mismo de siempre. Un

Una noche de sexo caliente y sin sentid

sal, mis nervios saltando. Lo estaba

on un apuesto

noche divertida y sin ataduras. Y si el sexo era ter

ue alguien se le acerque? La mira

el pelo. ̶ C

tomar al menos una copa... Oh . Los ojos de Lena rec

me pedía. ̶

Ella vació

e tiré mi bufanda. Se int

ñen . Lena levantó su botella

la me siguió. Pero cuando me dirigía a la barra, ella se metió en el reservado de a

alda del desconocido. Mientras los demás se encorvaban sobre

espalda. Seguro que tenía el trasero musculoso y tenso.

lo y relajé los hombros. ¿Y qué si me ganaba la vida fregando suelos? ¿Y si, por el contr

de lo físico. Podríamos ser una distracción de una noche

El único indicio de que se había dado cuenta de mi existencia fue e

s labios carnosos y largas pestañas. Llevaba el pelo salpimentado hacia atrás, retirado de la frente, desvanecido en los bor

argos dedos y tragué saliva. Qu

ahumada y baja, a pesa

me miró

se llenó de calor líqu

contra él. ̶ No eres de por aquí , continué, encogi

acia mí, con una ce

o. No sabía de dónde había sacado la voz para seguir hablando. ̶

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