Juegos del corazón
les de mi historia. La casa de Javier era como una extensión de la nuestra, y viceversa. Las risas resonaban en ambas
creando un vínculo aún más fuerte entre ambas familias. Las risas compartidas se mezclaban con el aroma de la comida c
aventuras compartidas. Las conversaciones fluían de manera natural entre los adultos, mientras nosotros,
ación añadió un giro inesperado a nuestros encuentros familiares, llevándonos a explorar nuevas dimensiones de nuestras relaciones. Estos momentos, entre risas y complicidades,