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Juegos del corazón

Capítulo 3 Capitulo 2- Nuestra adolescencia

Palabras:2220    |    Actualizado en: 10/07/2024

la

a de la niñez. Mi cabello puede ser largo y suelto, a menudo adornado con alguna trenza juguetona que reflej

secretos compartidos. Juntas, exploramos el mundo, desde los desafíos de la escuela hasta las emocionantes aventuras que la adol

ito, y las tardes se llenan de risas mientras negocian propiedades y construyen imperios ficticios. Las partidas de Parc

ada lanzamiento de dados y movimiento de fichas. En medio de la diversión, Vanesa y yo descubrimos no so

ciones que marcarán mi adolescencia. A medida que juegamos, aprendemos y crecemos juntas, Vanesa y yo estamos constru

ones. Fui una adolescente que, con facilidad, caía enamorada de los chicos más guapos del colegio. Cada en

y suspiros, le contaba emocionada sobre cada nuevo crush. No había detalle que no compartiera: desde

de confianza, escuchando mis susurros sobre mis enamoramientos y ofreciendo palabras de aliento o incluso una perspectiv

cilmente y mis intentos torpes de impresionar a esos chicos guapos. Vanesa no solo era una amiga, sino tambié

la autoaceptación y el disfrute de estas experiencias efímeras. A través de nuestras conversaciones, descubrí que enamorarme fácilmente era si

l vez era su sonrisa contagiosa, su sentido del humor travieso o simplemente su forma de

a encuentro casual se convertía en un pequeño evento en mi mente. Soñaba despierta con la posibilidad de que algún día él notara mi presencia de la misma manera que

hicas que entraban y salían de su vida. Cada vez que lo veía con una nueva chica, sentía un pellizco de decepción en el corazón. Me

mente no había encontrado a la persona adecuada todavía, o que tal vez yo simplemente no era lo que él buscaba. Pero c

el fondo de mi corazón, sabía que mi amor por él seguía siendo tan fuerte como siempre, a pesar de las constantes decepciones. Y aunque temía que mis sentimien

Con curiosidad, miro hacia la casa contigua, la de los Agramonte Gil, y noto que parecía estar más tranqui

con los Agramonte Gil y me detuve junto a la valla que separaba los dos jardines. Desde allí, obs

cación lógica para el inusual silencio. Pero incluso con el sol brillando sobre el

patio. Sin embargo, la sensación de que algo estaba fuera de lugar p

...

amada, la cual yo tomé. Era Marta, quien quería informarnos que

visarnos", le dije con cortes

nes de Vanessa y Javier, quienes estaban junto a su madre. De re

mé , un poco nerviosa po

ero juguetón, -"he estado pensando en alg

rgo, recordé la conversación que había escuchado entre su madre y Marta sobre la recie

pregunté, intentando

girió Javier de manera inesperada, d

oma, una parte de mí no podía evitar sentirse vulnerable ante la posibilidad de que sus palabras fueran genuinas. Era difícil igno

tos turbios inundó mi mente. ¿Podría ser que esto fuera parte de alguna ap

esafío comenzó a rondar en mi cabeza. Era difícil entender por qué Javier, quien había sido siempre tan

de un romance con Javier, otra parte sabía que era importante mantenerme firme y no dejarme llevar por la

y reuní todas mis fuerzas pa

esta a jugar con mis sentimientos. Además no relajes, nosotros somos como fa

iones. Quería creer que Javier estaba siendo sincero, pero la desconfianza seg

eacción, mientras se escuchaban las ris

s lo intenté", di

mi, lo que me hizo cuestionar si la propuesta de Javier había sido en serio después de todo. Al escuchar accidentalme

ida que navegaba por sus sentimientos confusos, me preguntaba si alguna vez podría entend

rlo, exigir respuestas, pero algo dentro de mí me decía que esperara y observara cómo se des

recordaba que debía protegerme a mí misma. Si Javier estaba dispuesto a jugar c

..............

as de

celebrar. Como siempre, había invitado a todos mis amigos más cercanos, incluida mi mejor amiga, Van

cumpleaños?", pregunté con entusiasmo duran

antes de que Vanesa resp

ue sí. Pero... no

Era extraño que mi mejor amiga no pudiera asistir a su fie

ir?", pregunté, tratando

der:- "Tengo algunos planes fa

echazo. Durante años, habíamos sido inseparables, compartiendo risas, secretos y m

sobre su repentino distanciamiento. Nos encontramos en la pizzería que

mente", comencé, mi voz temblorosa por la emoción.

rada, evitando el

seguir fingiendo que todo está bien d

zoso en el que Javier me había propuesto ser su novia en medio de su familia. Aunque había tratado de r

ontener las lágrimas. -"Pero ¿eso signi

de responder, sus

, Blanca... pero creo que necesito

a pudiéramos recuperar nuestra amistad, entendía que tomaría tiempo sanar las heridas causadas por e

trataba visitar la casa de al lado o ir a la piscina del patio solo

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