¡Eres mía, cuñada!

a respondido a la joven apre

era extraño el no querer dejar que ella se alejara o que otro h

e Vicky — respondo con perfecto i

ccionaba solo, era algo instintivo y a su vez el roce, la cercanía del americano era algo que parecía quer

s a otro lugar más privado? — le

celerara de una forma que le resultaba incomprensible, levantó la mirada y fijó en él

e club —dijo Vicky con recelo, consciente de que

bien no le convenía generar un escándalo sacando a sus guardaesp

de estar sin que tú o yo tengamos que salir —le

ntras la alejaba de la pista—. Por cierto, mi nom

ba mucho su dieta a causa de las innumer

sta el reservado, viendo que efectivamente lo tenía todo prepa

ía con su cercanía, pero no le importaba, cuando alguien le gustaba siempre había algo que hacía que no pudiera avanzar más a

clusiva donde la privacidad era la norma. Allí, además de una amplia variedad de bebidas alco

Vicky y tomó una fresa, llevándola a sus labios. Lueg

gan — le dijo al llegar y tomar una fresa y llevársela a los labios,

lo que a veces jugaba con sus amigos y simplemente se acercó a su boca mordiendo p

r? Suelo entrenar mucho y ya sabe los bailarines tenemos una dieta mu

n tuvo que contener su impulso de tomarla entre su

va acordé con una bella joven como tú — le respondió Erwan qu

que había en la habitación. Tomando u

a ¿Por qué? Por primera vez estaba frente a un hombre que quería que se comport

me va a gustar — dijo ella a su espalda conteniendo

Erwan con voz ronca, atrayéndola h

s hombros y acariciarle la nuca con una mano mientras la otra la deslizaba por su torso, observándolo, embrujada nueva

in ser capaz de apartar la vista de él. Su corazón palpitaba

obarás —respondió Erwan

esar a sus amantes casuales. Un beso para Erwan era algo tan íntimo y le entrega

us labios cuando sintió el brazo de Erwan rodeando su cintura y arre

rario, fue uno lleno de pasión, donde su mano izquierda la mantuvo pegada a él, mientras su derecha se posaba en

Erwan al oído antes de apartarse de ella, cons

su corazón latía con fuerza. No sabía qué estaba pasando, pero no podía negar qu

la forma en que avanzaba y luego parecía escabullirse

spondió Erwan con una sonrisa traviesa en

ue los reservados de las discotecas tuvieran habitaciones como si se tratarán de burde