El CEO vagabundo y la hija mimada del millonario.

a y Esther pensó era para él, pero lo guardó

a el abrigo de él y por eso pasaba frío, pero el hombre

zaba a caer y la temperatura cayó considerabl

espeto y lo saludaron con alegría, como si fuera una persona importante

vagabundo? Podía conseguir trabajo de albañil o de cualquier otra cosa física. Era un mantenido

estómago a Esther. En todo el día no había comido más que el ca

ly no estaba esa noche en el pu

exactamente en la misma posición, León le dio el caf

abía una sartén con aceite y varias cosas fritándose que olían espectacular

garle, gracias — p

cobrar? — Esther miró el plato,

Con un palillo de madera que no se veía muy limpio, picó un trozo de la carne que le tendió

gó y le tendió la carne. León la tomó y

comida que había probado en su vida, estaba jugosa y salad

ana que comenzó a sentarse con dificu

ard

linda — León soltó una carcajada, una fresca y alegre que le erizó el cuello a Esther, era sexy y muy masculina.

pero, tenía tanta hambre… solo en ese día estaba segura que h

se dijo llena de esperanza «Solo

cer la cama más grande y Esther sintió rabia con él por alguna razón, y él también la m

vivir bajo un puente con su esposo que odiaba y que la odiaba y no lloró

se a sí mismo. La ropa que traía no le ayudaba a conservar el calor y Esther s

anciana estaba de pie y caminaba con una cobija

le preguntó la mujer

er sintió que se le apretó el estómago de la rabia. ¿E

s duro c

no sabes en el problema en que me metió, su papá es un asesino — Esthe

on la cobija y Esther se quedó despierta el resto de la noche, y ya es

frente con el vagabundo y sus rodillas se juntaban así

ello largo le restaban atractivo junto con la cara sucia que impedía ver bien el color de su

ar, brillantes y vivos que expresaban sentimiento c

ombre la estaba mirando y cayó sentada en el

y dio un bo

hacía lo que le diera la gana — si quieres comer caza una ardilla, se la traes a

? — él se puso de

lo de dientes, así que se limpió los dientes con l

s, salió de debajo del puente cobijada con

sonas que se encontraban con ella se cambiaba

te con el billete que le habían dado y con las moned

no sabes lo que papá me ha hecho, me obligó

ón y se quedó esperando en la acera hasta que la

del auto y la a

él y la invitó a que se subiera a

el cabello rubio perfectamente peinado y ella lo golpeó en el hombro — por favor, sácame de aquí — su hermano encendió el auto y cuando arrancó frenó abruptament

vas, quer