El CEO vagabundo y la hija mimada del millonario.
agab
ó la puerta de la oficina de su prometido y lo encontró con
y se apartó de la mujer que cayó d
egocio y se suponía que se conocerían esa tarde en una cena, pero Esther quería
ue quiso golpearla. Ambas se odiaban, de seguro se había metido con su prometido a propósito y que era su jefe, así que se volvió hacia ella y la
ella y la abrazó mientras lloraba, así que Esther lo entendió - ¿La estaba
claro
ther y ella nunca habían tenido una buena relación el
a su prometido - ¡Nunca me
o, mi papá lo ordenó y el tuyo tambien, así que no
con un monstruo como tú - tomó a su
cena de compromiso - le dijo el ho
o los apoyó en el pavimento. La nieve comenzaba a caer a
los hombre y mujeres que se arremolinaban ent
os presentes la miraron y ella aguantó la respiración, desde ahí lograba
roma - solo tendrá que ir conmigo un rato y se quedará con esto - los cuatro o cinco hombres que había ahí caminaron ha
eza y vio a uno, tenía la ropa sucia y rota, la barba le llegaba a la mitad del pecho y el cabello
nó hacia el hombre que no la miró, estab
ar de horas? - le preguntó y el hombre l
le dijo, tenía una v
os billetes de la billetera y se lo
ther no estaba acostumbra
tos, comida grati
fecto era un hombre alto, con unos ojos a
perder esta
billetes en su mano con t
ó a mirarla, su expresión pa
millonaria? - preguntó, aunque
tó una carcajada grande que hizo que todos los
Esther asintió
il, solo tiene que comp
cóm
que necesito - el hombre alejó las manos del barril y so
le pareció muy arrogante, ¿Quién se ganaba
bre le dio una mirada a la entrada del edi
- murmuró para sí mis
respiración, el hombre olía a sudor fuerte y comida de c
trato esté terminado
mit
aré todo cua
Esther le indicó con una mirada
inta por
ero, pero, de todas formas, sacó mil y se los tendió. Él los contó detenidamente antes d
Bi
Bi
do y se aseguró que se viera todo lo desagradable que pudiera. Estiró la mano y le alborotó los pelos y l
tengo q
el hombre pareció dudar, como si comenzara a arrepentirse, pero Esther lo tomó de la mano y
taurante y ella exhibió con orgullo al hombre y l
o ya no me par
aquí, si te arrepientes haré que mis guardaespaldas
su padre, su hermano Carlo y su futuro esposo, que era un niñito bajito de unos veinte l
cuanto la vio -Te estábamos esp
apretó los labios conteniendo una risa y Esthe
tó al vagabundo junto a su prometido. La cara de su papá se puso muy roja y cuando su
abundo y le apretó la mano por sobre la mesa. Ya habían traído los
le preguntó su futuro suegro a
na bromista - los dos hombres se relajaron un poco y su "Promet
a rubio como ella, pero muy muy alto y negó con la cabeza, indicándole que se detuviera, pero Esther no se iba a
le chorreó en la barba y él se limpió con la manga. Era cómicamente desagradable, justo lo que ella necesitaba.
cancelaría las tarjetas un par de s
vagabundo con horror y su prometido con rabia, tanta que después
gabundo y el apodo hizo poner más furioso al joven
sto es un insulto para mí! -
acheada y el vagabundo se la devolvió haciendo que cayera sentado en su silla. Los ojos se le llenar
ales los miraron - Este negocio no tiene pies ni cabez
pá de Esther y ella sintió que las cos
erzuela haría
staba tan rojo como ella nunca lo había visto. Ella solo quería rompe
rró a su hijo que tenía los ojos
papá viera los billetes y luego se los entregó al vagabundo que los guardó en e
evo la carne? Hache mucho no comía de esta - y se fue ta
pie y le dio un beso en la fre
rá escapatoria, Esth
lgo a un par de sus hombres que agarraron al vag
que le arrugó el corazón - ¡Yo no quería casarme con un desconocido por tus negocios! - le
tenía la tensión tan alta que el dolor de cabeza le punzaba
ó a que hablara - es uno de los empresarios más importantes del país, es dueño de varias empre
como un vagabundo? - el ho
e por medio, no lo sé, pero lleva más de un año desaparecido
hija que entre - le ordenó
tierna que pudo emular, pero Fernando ya se había cansado de todo,
enía entre el pantalón y la dejó sobre el escritorio. Nunca le haría daño a su hija, jamás, pero Esther sabía qu
- Esther soltó una carcajada,
una
más he hablado, te casarás con ese hombre