OJOS VIOLETAS - SAGA AMOR PROFÉTICO
tiguada por los vidrios, y la ligera música que emana de los altavoces del auto llega a mis oídos. Bienvenida a la realidad, Adrienn
n obligándome a aparecer e insultándome, reitero estos vienen de Sebastián. Reviso uno por uno y no me doy cuen
í. – Miro a Eithan mientras tomo la mano del tipo
una chichas guapas y elegantes. Por fin logro ver a no todos los trabajadores ser como personajes de una novela escrita por alguna fanática. Aquí la mayoría parecen s
deportes apiladas de forma cuidadosa descansan. Un par de personas me miran y luego miran
quí o en mi despacho. Luego iremos por
niña haciendo caso a mi padre cuando me portaba mal o me llevaba a su trabajo y solo tenia que poner cara con una
con sus hijos en la sala de espera y cuando ven que están estables les preguntan có
ora. Much
le hago caso a Eithan. Hasta el momento no hemos sido muy comunicativos, pero no me ha decepcionado ni
ucede? – Me murmuro y la señor
e responderte es que ahí no es tu lu
– Le doy una so
as malas, otras que son indiferentes, pero es un camino largo hasta conocer a la persona indicada. Y tú, estas muy joven aun para detenerte y amarrarte a alguien que no quiere hab
cen su aparición y la señora solo toma mi mano y la aprieta con fuerza. Me
ar y cuando estoy por levantarme escuchamos gritos, pasos corriendo por todo el lugar y en menos de un minuto un grupo de hombres bien fornidos y de traje se hacen en la puerta
r se abren y revelan otro pocotón de hombres, a estos los reconozco, son los hombres de Sebastián. Detrás de ellos,
ián tiene el suyo en su oreja. Es él. Trato de callarlo,
za hace una seña y dos hom
organ. – La voz de Eithan me calma unos cuantos decimales
señala – No tiene
I sidste ende er hun min partner "A
s guardaespaldas de ambos. Los de Eithan se colocan dos de ellos a mi lado y los de Sebastián que habían venido
ulce y tranquilizadora que me h
da su ultima sonrisa y me paro toman
adie podrá tocarte. Te protegeré hasta con mi último suspiro. Lo miro y aspiro su perfume amaderado por última vez.
ad? o ¿Al que tienes enfrente, prometida? – Su elección de palabras hacen que
sona con la que llevo 5 años, pero es a quién no conozco en absoluto. Me salió con todo un temita. Ese dichoso contrato que firmaron mis padres hac
o miro y su cara se arruga en preo
r favor. Te lo iba a contar
plicarme ahora. Estoy cansada de
lo di
ste. Me ocultaste cosas. Y todo lo que me hiciste. – Me trago las
muestra la carpeta y Eithan hace una señal para que lo dejen acercarse. Eithan toma la carpeta en sus manos y lee el documento. Su
enga otra opción que ir
l. Ella es mía, par
encia ante el hecho que se suscita. Uno de los tipos me susurra: Camina o hacemos lo mismo que la otra noche. Esa advertencia enciende todas
tar mirar
tes de que se cierren las puertas hacen ag
solo estaba totalmente sola con este maniático en forma literal porque hasta el edificio había sido evac
entana al otro lado, estoy segura de que están con seguro de niño para que no pueda escapar por la expresión
te momento. Estaremo
la está
asamos por el frente del Hospital Mount Sinai y tomo
o? – En mis adentros suplico q
omo contra atacar a esa
rá sino me dejas volver
da me mata porque en todos estos 5 año
lo pocos meses. – Noto que lo piensa cuando recibe un
l cada segundo que no
jor con mis compañeros de trabajo allí. Harán que todo sea más llevadero. Pasan los minutos y tom
ste tanto. ¿Podríamo
en tu nueva
bí suponerl
io de la nada sin que nadie pueda escucharme gritar. Poco a poco que avanzamos la carretera se amplia y en el piso se asoman unas piedras que guían el camino. Unas luces en el piso también
rolar tu estoma
trio y empujo fuerte para calmar la neces
ibe de inmediato y en cada punta, en cada metro cuadrado de este sitio un hombre vestido de forma ruda co
ncos con café y puertas de vidrio nos esperan cuando el auto se detiene y el
rienna. Tengo as
legancia y dinero. Observo todo a mi alrededor y me pregunto como es que nunca imag
en un atuendo de pijama de Lilo & Stitch corren a los brazos de Sebastián y lo abraza, él le responde el saludo animoso y veo
– Su voz solo
va invitada. – R
ul marino con falda de encaje armada a su cuerpo ingresa
aje me inspecciona de cerca centrándo
Declara la pequeña. Le
e que mi corazón duela. La miro y no puedo
pequeña mientras me observa. – Yo no le permitiría a Carlo hacerme algo así. Le arrancaría primero la cabeza y no en la que tiene la boca. – S
anco. – Ella es Adrienna Ricci, ya creo que todos saben porque esta aquí y lo que significa a
do? – Inquiere
Espera. ¿En qué momento sucedió eso? ¿Y
umpe la mujer de vestido rojo, la joven
be como reaccionará a las normativas de nuestra especie cuando lo hag
entos hablaran en un idioma diferente. Tal y como lo hacían mi
brazo – Y darme un saludo de bienvenida? – Se acerca aún más a su oído y aún así logro escucharla –
ndo su mirada se fija en mi y sus ojos se abren de par en par. Mira a Sebastián con miedo y confusión para acercarse a mí, se para a unos cuantos
occurrere. "Mi lady,
la mujer suelta un gemido de dolor que lo calla rápi
us respetos a tus amos, no a esta – Me seña
rada lastimada me recorre rápido como teniendo lastima por mí. – Solo vine a in
de uniforme me mire por ultima vez y dando gracias a su patrón salga corriendo.
a la fuerza del brazo de Salomé, quién n
os al comedor. Deb
an y una joven con el mismo uniforme que la anterior mujer me sirve la
Sophie
dri
su lado – Este es Martín, mi esposo. – Luego señala a la mujer de
gusto co
rás es un poco... tonto para hacer las cosas. No mide consecuencias. – Su voz es suave. Esta mu
nosotros – Declara
a y me doy cuenta que Abigail es la madre de Sophie. Sin embargo, la mirada de Abigail no me deja ni un solo minuto más que
la habitación del fondo, cuando pasamos cerca de una de las habitaciones del pasillo se logra escuchar gritos y gemidos s
os – Habla por pr
– Respondo y la mujer de servicio de nombre Cl
necesita está dentro. – Hace una pequ
para el dormitorio de un baño en estilo abierto. Camino por la habitación buscando mis cosas y Abigail llega al espejo y toma de un pequeño pomo para abrirla y me topo con mis cosas colocadas y ordenadas en el walking clóset. Sigo caminando para tomarme con un escritorio con una laptop blanca y unos cuantos libros. Al otro la
da y confundida. Se sienta en uno de los pufs qu
ué lo pr
é como es capaz de tratar a una mujer. – Sus ojos se oscur
, pero necesito corroborar mis presentimientos. Ella
de la habitación dejándome completamente so
ame. Dame la fuerza para aguantar todo esto. Escucho unos pasos y me escondo de un solo paso para ver como una Salomé desnuda y con el cuerpo sonrosado sale al balcón
che, dormi
Sabes perfectamente q
puedes pasar la noche entera conmig
movimiento que me llevará a la victoria, una vez que obtenga lo que quiero s
Q
n ella. – Le dan una calada al ci
arma en tu reloj suene corre al bunker, solo asegúrate de ll
starda muere
asarme apenas ella rebele su verdadera naturaleza. No sabrá maneja
tiemp
0 días. – Una sonrisa malvada
algunos jueguitos que odiará de por vida y si la re