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OJOS VIOLETAS - SAGA AMOR PROFÉTICO

Capítulo 4 Ven Conmigo

Palabras:4003    |    Actualizado en: 01/05/2024

tiguada por los vidrios, y la ligera música que emana de los altavoces del auto llega a mis oídos. Bienvenida a la realidad, Adrienn

n obligándome a aparecer e insultándome, reitero estos vienen de Sebastián. Reviso uno por uno y no me doy cuen

í. – Miro a Eithan mientras tomo la mano del tipo

una chichas guapas y elegantes. Por fin logro ver a no todos los trabajadores ser como personajes de una novela escrita por alguna fanática. Aquí la mayoría parecen s

deportes apiladas de forma cuidadosa descansan. Un par de personas me miran y luego miran

quí o en mi despacho. Luego iremos por

niña haciendo caso a mi padre cuando me portaba mal o me llevaba a su trabajo y solo tenia que poner cara con una

con sus hijos en la sala de espera y cuando ven que están estables les preguntan có

ora. Much

le hago caso a Eithan. Hasta el momento no hemos sido muy comunicativos, pero no me ha decepcionado ni

ucede? – Me murmuro y la señor

e responderte es que ahí no es tu lu

– Le doy una so

as malas, otras que son indiferentes, pero es un camino largo hasta conocer a la persona indicada. Y tú, estas muy joven aun para detenerte y amarrarte a alguien que no quiere hab

cen su aparición y la señora solo toma mi mano y la aprieta con fuerza. Me

ar y cuando estoy por levantarme escuchamos gritos, pasos corriendo por todo el lugar y en menos de un minuto un grupo de hombres bien fornidos y de traje se hacen en la puerta

r se abren y revelan otro pocotón de hombres, a estos los reconozco, son los hombres de Sebastián. Detrás de ellos,

ián tiene el suyo en su oreja. Es él. Trato de callarlo,

za hace una seña y dos hom

organ. – La voz de Eithan me calma unos cuantos decimales

señala – No tiene

I sidste ende er hun min partner "A

s guardaespaldas de ambos. Los de Eithan se colocan dos de ellos a mi lado y los de Sebastián que habían venido

ulce y tranquilizadora que me h

da su ultima sonrisa y me paro toman

adie podrá tocarte. Te protegeré hasta con mi último suspiro. Lo miro y aspiro su perfume amaderado por última vez.

ad? o ¿Al que tienes enfrente, prometida? – Su elección de palabras hacen que

sona con la que llevo 5 años, pero es a quién no conozco en absoluto. Me salió con todo un temita. Ese dichoso contrato que firmaron mis padres hac

o miro y su cara se arruga en preo

r favor. Te lo iba a contar

plicarme ahora. Estoy cansada de

lo di

ste. Me ocultaste cosas. Y todo lo que me hiciste. – Me trago las

muestra la carpeta y Eithan hace una señal para que lo dejen acercarse. Eithan toma la carpeta en sus manos y lee el documento. Su

enga otra opción que ir

l. Ella es mía, par

encia ante el hecho que se suscita. Uno de los tipos me susurra: Camina o hacemos lo mismo que la otra noche. Esa advertencia enciende todas

tar mirar

tes de que se cierren las puertas hacen ag

solo estaba totalmente sola con este maniático en forma literal porque hasta el edificio había sido evac

entana al otro lado, estoy segura de que están con seguro de niño para que no pueda escapar por la expresión

te momento. Estaremo

la está

asamos por el frente del Hospital Mount Sinai y tomo

o? – En mis adentros suplico q

omo contra atacar a esa

rá sino me dejas volver

da me mata porque en todos estos 5 año

lo pocos meses. – Noto que lo piensa cuando recibe un

l cada segundo que no

jor con mis compañeros de trabajo allí. Harán que todo sea más llevadero. Pasan los minutos y tom

ste tanto. ¿Podríamo

en tu nueva

bí suponerl

io de la nada sin que nadie pueda escucharme gritar. Poco a poco que avanzamos la carretera se amplia y en el piso se asoman unas piedras que guían el camino. Unas luces en el piso también

rolar tu estoma

trio y empujo fuerte para calmar la neces

ibe de inmediato y en cada punta, en cada metro cuadrado de este sitio un hombre vestido de forma ruda co

ncos con café y puertas de vidrio nos esperan cuando el auto se detiene y el

rienna. Tengo as

legancia y dinero. Observo todo a mi alrededor y me pregunto como es que nunca imag

en un atuendo de pijama de Lilo & Stitch corren a los brazos de Sebastián y lo abraza, él le responde el saludo animoso y veo

– Su voz solo

va invitada. – R

ul marino con falda de encaje armada a su cuerpo ingresa

aje me inspecciona de cerca centrándo

Declara la pequeña. Le

e que mi corazón duela. La miro y no puedo

pequeña mientras me observa. – Yo no le permitiría a Carlo hacerme algo así. Le arrancaría primero la cabeza y no en la que tiene la boca. – S

anco. – Ella es Adrienna Ricci, ya creo que todos saben porque esta aquí y lo que significa a

do? – Inquiere

Espera. ¿En qué momento sucedió eso? ¿Y

umpe la mujer de vestido rojo, la joven

be como reaccionará a las normativas de nuestra especie cuando lo hag

entos hablaran en un idioma diferente. Tal y como lo hacían mi

brazo – Y darme un saludo de bienvenida? – Se acerca aún más a su oído y aún así logro escucharla –

ndo su mirada se fija en mi y sus ojos se abren de par en par. Mira a Sebastián con miedo y confusión para acercarse a mí, se para a unos cuantos

occurrere. "Mi lady,

la mujer suelta un gemido de dolor que lo calla rápi

us respetos a tus amos, no a esta – Me seña

rada lastimada me recorre rápido como teniendo lastima por mí. – Solo vine a in

de uniforme me mire por ultima vez y dando gracias a su patrón salga corriendo.

a la fuerza del brazo de Salomé, quién n

os al comedor. Deb

an y una joven con el mismo uniforme que la anterior mujer me sirve la

Sophie

dri

su lado – Este es Martín, mi esposo. – Luego señala a la mujer de

gusto co

rás es un poco... tonto para hacer las cosas. No mide consecuencias. – Su voz es suave. Esta mu

nosotros – Declara

a y me doy cuenta que Abigail es la madre de Sophie. Sin embargo, la mirada de Abigail no me deja ni un solo minuto más que

la habitación del fondo, cuando pasamos cerca de una de las habitaciones del pasillo se logra escuchar gritos y gemidos s

os – Habla por pr

– Respondo y la mujer de servicio de nombre Cl

necesita está dentro. – Hace una pequ

para el dormitorio de un baño en estilo abierto. Camino por la habitación buscando mis cosas y Abigail llega al espejo y toma de un pequeño pomo para abrirla y me topo con mis cosas colocadas y ordenadas en el walking clóset. Sigo caminando para tomarme con un escritorio con una laptop blanca y unos cuantos libros. Al otro la

da y confundida. Se sienta en uno de los pufs qu

ué lo pr

é como es capaz de tratar a una mujer. – Sus ojos se oscur

, pero necesito corroborar mis presentimientos. Ella

de la habitación dejándome completamente so

ame. Dame la fuerza para aguantar todo esto. Escucho unos pasos y me escondo de un solo paso para ver como una Salomé desnuda y con el cuerpo sonrosado sale al balcón

che, dormi

Sabes perfectamente q

puedes pasar la noche entera conmig

movimiento que me llevará a la victoria, una vez que obtenga lo que quiero s

Q

n ella. – Le dan una calada al ci

arma en tu reloj suene corre al bunker, solo asegúrate de ll

starda muere

asarme apenas ella rebele su verdadera naturaleza. No sabrá maneja

tiemp

0 días. – Una sonrisa malvada

algunos jueguitos que odiará de por vida y si la re

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