OJOS VIOLETAS - SAGA AMOR PROFÉTICO
de todos los azotes resuenan en mí, paso mis manos por mi cabeza desarreglando mi cab
re? – Me pregunto par
a razón me ayuda a calmar los dolores de mi cuerpo – Es mi be... -
s había llegado grave, pero en este momento tenía unos cuantos moretones en su cuerpo y unos cuantos rasguños. Estoy más
.. ¿Q
mi y examina mis signos vitales –
é me
– Ella me mira con p
orrectas – Llegaste inconsciente a la emergencia. Estabas... - Se i
olor tomo mi historia clínica que siempre colocamos al pie d
de quitármela de las
go de cerrar las cortinas. – No he terminado contigo – Le señal
en todo mi cuerpo por un material tipo cuero y recuerdo el látigo con el que me hicieron tanto daño. Laceraciones en mis muslos por intento de violación y reco en este momento, es como si pasará una corriente eléctrica a través de mi cuerpo y poco a poco empiezo a
o que no entiendo es porque esta aquí, a mi lado,
co, el médico de Emergencias de turno. El hombre a mi
ncisco. Mu
ra al hombre a mi lado. - ¿Lo conoces? – Me
a lo habría olvidado por su belleza o sus ojos únicos como los míos. – Lo atendí en
– Concuerda conmigo - Un par de ho
nto llamándote. – Ambos lo miramos y él solo aparenta concentrarse en su móvil. – Fue muy raro.
darás el alta
una valoración ginecológica – Entiendo po
lo recuerdo. – Agacho la ca
s quién fue? – Me
ender todo lo que sucedió, pero no logro hacer
enuncia? – Me pregunta siguiendo el protocolo y al ver que no cont
rac
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la cual he decidido no asistir. Al inicio trate de volver al trabajo para no pensar en nada de lo sucedido, pe
ular donde guardo mis tarjetas del banco y documentos personales. Pasé sentada en el mismo sitio por unas tres o cuatro horas hasta que noté que mi cansancio era tan poderoso que me hizo entender que necesitaba una ducha y una ca
cido. Mi celular vuelve a sonar por quinta vez en esta hor
ón. Suspiro y me digo a mi misma que no puedo seguir evita
favor contesta. Mierda. – Susi inicia con preocupación y enojo sus primeras palabras, pero al notar que no res
ués de unos segundos de s
te nada. Y ahora solo desapareces. Nos enteramos porque Francisco llamo cuando desapareciste d
Repito – Estaré
Grita Susi -
Respondo ante t
o deja que responda y
aso lento me meto en la ducha de la habitación del hotel. Mientras dejo que el agua caiga sobre mi cuerpo, siento que todo lo que aconteció regresa a mi como un bald
a mi misma mientras coloco el shampoo
s intensos que emanan luz me miran a través de mis recuerdos casi llamándome, casi tocándome, casi hablándome. Mi respiración se acelera, es casi como si lo sintiera aquí, jus
Qui
ha terminado. Me envuelvo en la toalla y salgo casi corriendo a abrir la puerta, ya que sé como es Susi y sino abro tendré que pagar una puerta nuev
al mismo tiempo que me abraza sin importarle lo empapada que puede queda
en – Hablo cuando nos
tomo asiento y ella solo m
e lo nece
y piernas, un top blanco con un buzo igualmente blanco con detalles en lila un par de tallas más grande y el par de deportivos. Me ha traído hasta dos conjuntos de ropa interior, lo cual me hace amarla aú
mó... – Noté como Susi le daba una fuerte punta pie para que se calle. – Diciendo que habías desaparecido del hospital. – Solo agache la cabeza y me trague las lágrimas – Cuando llegamos el tipo que atendiste antes de salir estaba totalmente loco, gritando a todos allí diciendo que todo el equipo de salud es ineficiente, que como es posible que te hayas ido sin que nadie se haya dado cuenta. Tuvimos que sedarlo para que dejará de gritar y lanz
ontará cuando esté lista – Se puso en pie y
to y pedimos lo más simple y mientras esperamos que traigan nuestra comida siento a la perfección nuevamente esos ojos, pero esta vez no lo imagino, miro buscando por todo el
amigos me miran con una expresión
Respo
lta cuando despe
chos con traje negro? – No respondieron,
cupación y el halo de luz que sabe que algo gordo esta
nos informa que la comida estará en 5 minutos – Necesito respuestas primero – Nuevamen
AST
una semana. Ve
el mandato en esa palabra que lleva cinco
quiere explicarte las cosas. - ¿Qué quiere explicarme? ¿Cómo me engaño todo este tiempo y no solo con Salomé? ¿Cómo me compró a mi
a la mesera cuando se hace en nue
nto como si fuera hierro y me raspara toda la garganta. Tomo un buen trago de mi té helado que en este mo
ada de él. – Tomo o
upe que Josh miraba con admiración a Sebastián y casi con algo de amor por no decir qu
engañado en nuestro departamento, en nuestra cama. ¿Crees que eso tiene explicación? – Me desato, por lo menos
o ese dolor. – No sé en que momento Susana ha llagado a mi lado y hundo mi cara en
Susi mandar a la mierda a un par que están en la otr
o la vista y siento mis ojos hinchados. Varios de los que estaban antes de nosotros ya han terminado de comer, incluso el plato de Josh ha desapar
ente, pero tengo miedo de lo que pueda hacerle Sebastián si nos llega a encontrar así que pr
escansaré esta noche y mañana toma
AST
a mañana, te juro
y me hace dudar en quedarme en el hotel
AST
, regres
n la cama del hotel y recuerdo todo lo que paso el día de hoy. Josh se porto muy raro conmigo, me digo que es por el enamoramiento tont
en el momento en que
iosa y solo me habla en un susurro c
ómo
as? – Su voz s
– Me siento nuevamente como una ni
e parece en
n la cafeter
s ve
ntarle. No sé como hacerlo. Mi cabeza da vueltas y siento que me voy a desmayar
sola palabra. Aunque sé que no lo haría aun me duele su falta de maternidad a conmigo, ella solo examina mi rostro, los moretones que están ya desapareciendo y las costras de las lacerac
amá
errumpe. Trago s
i inaudible - ¿Cómo estás? – Pregu
to por
entemente afuera asustada – Steven puede ven
– Necesito saber sobre el contrato que firmaron
na hoja de papel y un rastro
sta vez en voz baja – Sebastián. ¿Él
ustedes no me lo dijeron. Me lo o
e lo hacia por cerrar un buen contrato de trabajo... - Murmuro otras cosas más que mi cabeza ya no estaba p
voz – No respond
ando te lo dijera era porque te pediría matrimoni
rees que eso es romántico? ¿Piensas en serio que me pidió matrimonio? O tal vez yo me equivoco y fue cuando lo encontré en el departamento en nuestra cama con Salomé, tu sobrina adorada. – Mi
re era así, hubiera dejado que tu padre me entregue a mi antes que a ti. Perdóname. – To
dolor más grande que mis padres m
rien
na forma irregular y trato de mantener mis respiraciones para que no se note mi nerviosismo. Busco una salida y sin llamar mucho la atención, tomo mis pertenencias y huyo hacia el baño donde una ventana no
egro frena a raya. Alzo la mirada y me topo con esos ojos grises que me persigue
e, Ad
cuentos pasos de mi y miro al hombre de