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OJOS VIOLETAS - SAGA AMOR PROFÉTICO

Capítulo 2 No existe dolor más grande

Palabras:3777    |    Actualizado en: 02/04/2024

de todos los azotes resuenan en mí, paso mis manos por mi cabeza desarreglando mi cab

re? – Me pregunto par

a razón me ayuda a calmar los dolores de mi cuerpo – Es mi be... -

s había llegado grave, pero en este momento tenía unos cuantos moretones en su cuerpo y unos cuantos rasguños. Estoy más

.. ¿Q

mi y examina mis signos vitales –

é me

– Ella me mira con p

orrectas – Llegaste inconsciente a la emergencia. Estabas... - Se i

olor tomo mi historia clínica que siempre colocamos al pie d

de quitármela de las

go de cerrar las cortinas. – No he terminado contigo – Le señal

en todo mi cuerpo por un material tipo cuero y recuerdo el látigo con el que me hicieron tanto daño. Laceraciones en mis muslos por intento de violación y rec

o en este momento, es como si pasará una corriente eléctrica a través de mi cuerpo y poco a poco empiezo a

o que no entiendo es porque esta aquí, a mi lado,

co, el médico de Emergencias de turno. El hombre a mi

ncisco. Mu

ra al hombre a mi lado. - ¿Lo conoces? – Me

a lo habría olvidado por su belleza o sus ojos únicos como los míos. – Lo atendí en

– Concuerda conmigo - Un par de ho

nto llamándote. – Ambos lo miramos y él solo aparenta concentrarse en su móvil. – Fue muy raro.

darás el alta

una valoración ginecológica – Entiendo po

lo recuerdo. – Agacho la ca

s quién fue? – Me

ender todo lo que sucedió, pero no logro hacer

enuncia? – Me pregunta siguiendo el protocolo y al ver que no cont

rac

*****************

la cual he decidido no asistir. Al inicio trate de volver al trabajo para no pensar en nada de lo sucedido, pe

ular donde guardo mis tarjetas del banco y documentos personales. Pasé sentada en el mismo sitio por unas tres o cuatro horas hasta que noté que mi cansancio era tan poderoso que me hizo entender que necesitaba una ducha y una ca

cido. Mi celular vuelve a sonar por quinta vez en esta hor

ón. Suspiro y me digo a mi misma que no puedo seguir evita

favor contesta. Mierda. – Susi inicia con preocupación y enojo sus primeras palabras, pero al notar que no res

ués de unos segundos de s

te nada. Y ahora solo desapareces. Nos enteramos porque Francisco llamo cuando desapareciste d

Repito – Estaré

Grita Susi -

Respondo ante t

o deja que responda y

aso lento me meto en la ducha de la habitación del hotel. Mientras dejo que el agua caiga sobre mi cuerpo, siento que todo lo que aconteció regresa a mi como un bald

a mi misma mientras coloco el shampoo

s intensos que emanan luz me miran a través de mis recuerdos casi llamándome, casi tocándome, casi hablándome. Mi respiración se acelera, es casi como si lo sintiera aquí, jus

Qui

ha terminado. Me envuelvo en la toalla y salgo casi corriendo a abrir la puerta, ya que sé como es Susi y sino abro tendré que pagar una puerta nuev

al mismo tiempo que me abraza sin importarle lo empapada que puede queda

en – Hablo cuando nos

tomo asiento y ella solo m

e lo nece

y piernas, un top blanco con un buzo igualmente blanco con detalles en lila un par de tallas más grande y el par de deportivos. Me ha traído hasta dos conjuntos de ropa interior, lo cual me hace amarla aú

mó... – Noté como Susi le daba una fuerte punta pie para que se calle. – Diciendo que habías desaparecido del hospital. – Solo agache la cabeza y me trague las lágrimas – Cuando llegamos el tipo que atendiste antes de salir estaba totalmente loco, gritando a todos allí diciendo que todo el equipo de salud es ineficiente, que como es posible que te hayas ido sin que nadie se haya dado cuenta. Tuvimos que sedarlo para que dejará de gritar y lanz

ontará cuando esté lista – Se puso en pie y

to y pedimos lo más simple y mientras esperamos que traigan nuestra comida siento a la perfección nuevamente esos ojos, pero esta vez no lo imagino, miro buscando por todo el

amigos me miran con una expresión

Respo

lta cuando despe

chos con traje negro? – No respondieron,

cupación y el halo de luz que sabe que algo gordo esta

nos informa que la comida estará en 5 minutos – Necesito respuestas primero – Nuevamen

AST

una semana. Ve

el mandato en esa palabra que lleva cinco

quiere explicarte las cosas. - ¿Qué quiere explicarme? ¿Cómo me engaño todo este tiempo y no solo con Salomé? ¿Cómo me compró a mi

a la mesera cuando se hace en nue

nto como si fuera hierro y me raspara toda la garganta. Tomo un buen trago de mi té helado que en este mo

ada de él. – Tomo o

upe que Josh miraba con admiración a Sebastián y casi con algo de amor por no decir qu

engañado en nuestro departamento, en nuestra cama. ¿Crees que eso tiene explicación? – Me desato, por lo menos

o ese dolor. – No sé en que momento Susana ha llagado a mi lado y hundo mi cara en

Susi mandar a la mierda a un par que están en la otr

o la vista y siento mis ojos hinchados. Varios de los que estaban antes de nosotros ya han terminado de comer, incluso el plato de Josh ha desapar

ente, pero tengo miedo de lo que pueda hacerle Sebastián si nos llega a encontrar así que pr

escansaré esta noche y mañana toma

AST

a mañana, te juro

y me hace dudar en quedarme en el hotel

AST

, regres

n la cama del hotel y recuerdo todo lo que paso el día de hoy. Josh se porto muy raro conmigo, me digo que es por el enamoramiento tont

en el momento en que

iosa y solo me habla en un susurro c

ómo

as? – Su voz s

– Me siento nuevamente como una ni

e parece en

n la cafeter

s ve

ntarle. No sé como hacerlo. Mi cabeza da vueltas y siento que me voy a desmayar

sola palabra. Aunque sé que no lo haría aun me duele su falta de maternidad a conmigo, ella solo examina mi rostro, los moretones que están ya desapareciendo y las costras de las lacerac

amá

errumpe. Trago s

i inaudible - ¿Cómo estás? – Pregu

to por

entemente afuera asustada – Steven puede ven

– Necesito saber sobre el contrato que firmaron

na hoja de papel y un rastro

sta vez en voz baja – Sebastián. ¿Él

ustedes no me lo dijeron. Me lo o

e lo hacia por cerrar un buen contrato de trabajo... - Murmuro otras cosas más que mi cabeza ya no estaba p

voz – No respond

ando te lo dijera era porque te pediría matrimoni

rees que eso es romántico? ¿Piensas en serio que me pidió matrimonio? O tal vez yo me equivoco y fue cuando lo encontré en el departamento en nuestra cama con Salomé, tu sobrina adorada. – Mi

re era así, hubiera dejado que tu padre me entregue a mi antes que a ti. Perdóname. – To

dolor más grande que mis padres m

rien

na forma irregular y trato de mantener mis respiraciones para que no se note mi nerviosismo. Busco una salida y sin llamar mucho la atención, tomo mis pertenencias y huyo hacia el baño donde una ventana no

egro frena a raya. Alzo la mirada y me topo con esos ojos grises que me persigue

e, Ad

cuentos pasos de mi y miro al hombre de

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