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Ni feas, ni bonitas (Ella era fea 4)

Capítulo 4 Los enredos de cupido

Palabras:2535    |    Actualizado en: 16/02/2024

io junto a Sandrid cuando vieron a lo lejos a

ene tu novio

, no comiences

que gritó Sebastián mie

o… —gruñó

os novios —chistó Sandrid mien

ian conversar alegremente con Eduar y Elián en el pasillo de la derecha, al parecer algo lo traía con

amigos del muchacho comenzaron a soltar

gueme la corriente —dij

Sebastián— pero me tienes

na patada en tu pene como

mala conmigo? —in

los comenzaron a recorrer su cuerpo. Aquella sonrisa que antes sostenía se esfumó

amigo, era un gran problema aquel asu

a pareja por completo y tampoco supo qué pasó con sus amigos, ya que, al finalizar el

lo volvía loco. Le parecía imposible tener que soportar ver esa escena todos los días, ¿qué e

na guerra y no descansaría hasta ver finalizado ese noviazgo

hasta muy entrada la noche, las cosas con ella estaban yendo como planeó desde un principio, si seguían así, en cuestión de semanas podría pedirle comenzar una relación y lo más seguro

la observó fijamente un poco extrañado por el rostro sumamente triste de la chica. Era una pésima idea darle cel

ien? —le pregu

aron a mirarse las caras al no

preguntó uno de

ebastián tománd

ndolos al lado de Sandrid. Así que, para no dañar más las

arque que rodeaba una fuente. Encontraron una banca sola

y hablar con él, resuelvan sus problemas como personas norma

observaba como si le produjera asco —confesó Ne

ena cliché, pero es la verdad, no eres tú, soy yo —e

sea ese el

olegio que tiene más de seis novias y hasta se acos

su rostro serio, mientras, Sebastián apretó

odo eso? —inq

ento hacerme pasar por la víctima para que

rsando todo seductor con algu

la vieja gorda de química —Sebastián hizo un gesto de

entras se sentaba en una banc

oven— ¿por qué no le

onrisa se esfumaba y se iba con el viento d

formó un nudo en la garganta de Neyret—. Te lo dije, la mirada que me lanzó llena de t

o. Rodó su mirada por todo el parque mientras un sil

ento, si hablas con él con sinceridad y le dices lo que sientes, tal vez razone. Mi padre siempre me dijo esto, “no hay nada que no pued

anera, tenía ese don de ponerle ánimo a los momentos más tristes y hacer que hasta la persona más

ierna podrás volverlo a conquistar —soltó el joven con en

nses! —repl

y dile lo que sientes

ceptó Neyret mientras

ia la joven y desplegó una s

na con la cabeza recostada al pupitre, parecía estar durmiendo, era una costumbre

ar con ella —i

da contigo? —

e que ella está algo rara conmigo en es

en, el problema eres tú —alegó Eli

Eduar se enojaría en gran manera cuando se enterara. Sabía que, su primo sentiría aquello como una traición y se pondría en el pap

se sentó a su lado y con una mano empezó a acariciarle el rostro. Eliana s

omar compostura—. Todos comenzarán a

a durmiendo —susur

te de ellos y los observaba de lejos. ¿Qué le pa

stian al salón de clases y

et? —le preguntó a E

mirada a su amigo,

quirió Cristian fr

mira hacia donde está Eli

cia atrás y quedó observando

que disimuladament

ntre manos, ¿se habrán vue

y su corazón empezó a latir con fuerz

muy cariñoso con ella —aclaró Cristi

uesto y comenzó a caminar

uar, pero su amigo no

os, pero no quería aceptarlo, le partiría el alma enterarse que aquella chica que por tanto tiempo fue su mejor amiga y con la que recordaba los mejores mom

lo —pidió

ué? —inquir

te a ellos, solo los separaba las dos pequeñas mesas que estaban p

ios —respo

oltó Cristian m

—regañó

—indagó Cristian sin

eremos problemas recién comenzando nuestra relación, después, cuando nos

úblico —aceptó Cristian mientras acentuaba con su cabeza—, pero,

diciendo —ac

ocionado —soltó Elián mient

grupo por fin tiene

e acaloraron en cuestión de segundos y Cristian soltó una gran carcajada burlona. Eliana sintió cóm

la profesora hablar, en aquel momento sonó el timbre y

sigue así, tendrá que quedar en observación en la clínica —explicó Neyret a Sandrid—. En la mañ

ontado sobre las migrañas, pero nunca imaginé que fuera así d

tiempo, pero es muy obstinada y quiere ir a trabajar. Yo la entiendo, dentro de poco será el lanzami

a salud de la tía Kei

uiero que mi madre siga estresándo

tranquilizarte, o serán dos que

n eso, pero cuando lo recuerdo,

ses a tu casa, quiero ver

estaba sentada en su puesto sumida en su

mó Sandrid.

alzó la mirada h

cede? —inqu

de? —respondió mientras

a —confesó

i casa, mi madre está

tía Keidys? —inquirió

rma, el doctor le ordenó no traba

mila—. Bueno, yo

acaciones en la finca, eso le puede ayud

umergido en un bosque. Ya sabes, por las películas de miedo que siempre son en

la tía Keidys

l grupo. Camila platicaba en el auto con su hermano mientras Sandrid cantaba una canc

ta! —gritó Edu

retrovisor y dejó s

l viejo gruñón? —

—preguntó Neyret que est

gruñó e

r tienes hoy —soltó Ca

o a los interiores. Al parquearse frente la puerta, los chicos bajaron y

n casa. Aunque, se toparon con algo que nunca creyeron ver ahí. Luis Án

é haces aquí? —p

no sabía qué conte

tó Cristian i

animarse por la noticia. Aunque, Camila estaba hecha pi

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