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Emily y compañía

Capítulo 2 Conociéndolos

Palabras:2618    |    Actualizado en: 29/12/2023

pero era mi obligación, protestar no iba a servir de mucho. ¡El cuarto era demasiado pequeño para cuatro personas! Es deci

brir y cerrar de ojos, ni idea de dónde la había conseguido. Por lo tanto, lo único que conformaba al cu

esadi

Me invadía un escalofrío al pensar en que dormiría con tres chicos, ¿qué probabilidades había de que fueran unos perve

donos para dormir, los chicos dejaron sus maletas afuera, en el comedor, porque

ocultarlo, se posicionó a mi lado. Al parece él dormiría junto a mí... ¡sería difícil acostumbrarme! ¡Esos desgraciados eran extremadamente atra

o, dejó caer su cuerpo en el c

el calor que hacía, que dramática acción, me recor

para que el frío natural entre

la madera y rodé las cortinas a un lado, haciendo

ción por unos segundos, me resultaba super incómodo porque como era un espacio pequeño, el calor abundaba y la sensación era un tant

la tensión que se había

ero por lo menos lo intentaré. Buenas noches —se acom

noches —susurré fingiendo d

der acomodarse al lado de Damián, me pareció gracioso verlo de esa forma, él todo amargado y actuando así

ura. No sabía si me podían tocar una nalga o algo así, era un sentimiento de incomodidad, yo estaba tiesa intentando no chocar contra Axel, no tenía sábana por el calor que solía hacer, por eso mi cuerpo

o me

.

aña en mi zona lumbar, como si una cosa dura chocara contra ella, su agarre hacía que fuera incapaz de moverme, en resumen; estaba atrapada. Pensé que todavía seguía dentro de mis s

ucedido el día anterior, mi ida al huerto, mi llegada

volteé con cuidado para poder quedar frente a frente, su rostro estaba demasiado cerca y aún no había dejado de abrazarme, solo logré que me soltara

el sol iluminaron su sedoso cabello, sus ojos cerrados parecían los de una princesa por las largas pestañas que lo adornaban, nunca imaginé

da como para que no me fuera, no estaba segura de qué tramaba ese tipo, empec

spierta? —susurró D

a —afirmé en otro susur

ayud

l estaba muy aferrado a mí. El castaño se movió hacia atrás, en un giro inesperado quedé libre, el alivio me recorrió todo el cuerpo, él se había volteado hacia la dire

tenía mi estómago debido a la situación extraña que contemplé. Axel estaba abrazando a Damián como lo hizo conmigo momentos atrás. El pobre n

amó en un bajo

ía acostado y su boca cerrada, mirada seria, como si no estuviese pasando nada malo, apoyando

llado. Asintió—. Debes aprender a ayudar

en tono burlón y se levan

tímpanos, no pensé que él tuviera tanto poder en sus cuerda

ló de un salto que

a a todos lados buscando un enemigo inexistente, era obvio que Jacob lo había asust

mily como a Damián, ¿necesitas un peluche para dormir o algo

rando palabras que no logré escuchar, pero pude deducir que nos estaba insu

r a Toby, mi peluche —confesó el castaño

edad siguiera usando uno, no sabía cuántos años tenía pero le calculaba la misma que yo.

tuve un osito de felpa

eguas que no era muy sociable, y que evitaba tener conversaciones con nosotros, o era yo que estaba delirando. Le tenía que enseñar a hacer amigos, la v

a mesa así que la recojí para leerla «preparen el desayuno, volvemos en la tarde. Con cariño, mamá y papá

el umbral de la puerta encontrándome cara a cara con Jacob, tenía dos platos en las manos, se dirigió a la me

dudaba por un momento en si lo había envenenado. Me acerqué y era ensalada de repollo y zanahoria, con un trozo de pan como a

ctada por la situa

dboy —lo vi traer el resto.

tubeó, se sintió frío como el

rarnos con desprecio —lo provoqué, no sé,

lavar lo que había utilizado para no dejar rastro de suci

tá enve

sión de nariz arrugada por lo que acababa de decir, co

a de aire como si fuera difícil soport

inventes —bufó, haciendo

red que siempre pones frente a ti

ándose confundido

e había dicho, tampoco iba a tener una disc

edientes, supo mezclar los sabores y las especias incluso más que mi madre. Estaba bueno, delicioso, logró sorpren

s, ninguno preguntó quién había hecho el desayuno, solo se limitaron a comer, hablando entre sí, noté que se llevaban

do, debemos ir a saludar —agreg

estar segura. Caminé saludando a los vecinos y cada chico se presentó y saludó de igual manera, haciendo una reverencia-los obligué

conmigo, de hecho; llevaba plasmada en su boca una sonrisa de oreja a oreja y una expresión de niña bue

e es Brisa —dijo risueña, bes

que era obvio; tener a tres chicos guapísimos y adinerados de tu edad en el pueblo er

nos fingiría ser mi amiga para acercarse a ellos, pero

como ella siguió ignorando mi presencia y hablaba de manera cariñosa y coqueta con los chicos, cosa q

día —comenté interrumpiendo la con

zo un gesto de molestia, de desprecio hacia mi persona y se cruzó de brazos, lade

deberías irte sola a cuidar del huerto —soltó con

dientes con ellos —comencé a can

irnos, casi me los llevé arrastrados y ellos me miraban con confu

Siempre era así de enérgica, los chicos me seguían confusos y sin hablar al respecto, ninguno protestó ni nada por el estilo. To

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