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Ella es mi monstruo

Capítulo 6 5

Palabras:2741    |    Actualizado en: 05/12/2023

rsona que atra

n el mostrador antes de que el viejo, digo, el jefe, me reprochara por holgazanear. Empecé

ro frente a mí con suavidad. Levanté la vista para identificar

contento de verme en todas partes. Yo no tenía el mejor humor del mundo, así que no compartía a plenitud aquel feliz sentimiento. Pero, aún con las sospechas y mi guardi

ombre de Spencer -dijo

cuando hacía eso. Es que se veía demasiado tierno y ahora que sabía que era

ería ser reprendida por cometer algún error. Me hacían un favor al permitirme trabajar en la biblioteca sin contar con preparación previa, por

on, iniciando la conversación mientras

anas de que me preguntara nada, así que intenté que mi

iversidad no es tan difí

isa amargada

se encogió de hombros-. Dim

a totalmente en desacuerdo. A

tó cuando terminé con la ficha

e será difícil para ti y viceversa. -Brandon me devolvió la ficha y se quedó pensativo frente a mi e

ensimismamiento y sacudió lev

os luego, Amy -saludó al ti

cosita

la inexistencia de incidentes. Yo era la clase de persona que atraía la

o de voll

llamar a Pam y pregu

ientos y luego al trabajo. En un principio, me costó un poco acostumbrarme al ritmo de vida, per

s de los estudiantes masculinos, ya era capaz de soportar la presión y

ros que leía ese chico. Siempre tan educado, sonriente, tierno y dulce, era una combinació

ro lado de la ciudad, así que se había trasladado a la habitación de un amigo a quince cuadras del campus. Leía desde libros, hasta las etiquetas de envoltorios.

yball de la universidad. Aún no me sentía del todo segura como para contarle más detalles de mi vida. Precauc

n me caía m

tativa me enlisté y salí con mi bolso al hombro. Estaba un poco atrasada porque me

ioteca, maldito lugar infernal. Ya era suficiente tener que pasar casi toda la

o, saludé a mis co

nática de estas cuatro p

r en una mesa apartada, mientras esper

-lo saludé ag

na que calentaba mis entrañas. Tomó

que ho

y? -preguntó para ini

nas tupidas pestañas los resguar

testé mirando el reloj. Eran exacta

Sus movimientos eran descoordinados y

rec

ocales -yo solo quería comprobar

ró la g

un poco

tres veces para que lo entendiera y una cuarta para que lo hiciera de manera correcta. Ya había transcurrido una hor

a y yo no había ni desayunado. Para completar el momento, d

and

estómago. Clavó los ojos allí y no los despegó. Me removí e

ste... ¿

vista y mirándome con los ojos a

no...eh... ¿Quieres ir a comer? -luego del ete

vám

niversitarios por ser barata. En el camino, comencé a explicarle a Brandon las maneras qu

mezón cuando lo usé. Así que esa es mi única ex

ada tanto. Seguimos caminando y ya podía divisar

so sonido de una bocina, mezc

uid

locidad por el lugar en donde recién había estado parada. Mi primera reacción fue el shoc

pidió que fuera atropellada por el auto. Brandon t

él me había empujado hac

staba en mi pe

ndos clavada en el lugar, hasta que decidí que no lograría nada con esa quietud insoportab

ía ser más incómoda. No estaba enojada con Brandon, a pesar de

a universidad. Pero cada vez que nuestros ojos se cruzaban, mi mente rememoraba el suceso y hasta m

compañó hast

Amy... -su mirada estaba dirigi

í, también bajo el

, a la vista de otros parecería una loca de ch

l día recié

tarme siquiera que los chicos me vieran y empezaran un alboroto. Estaba ensimismada rememorando lo

is manos heladas a ellas para enfriar

ergüenza... y

los ojos alguna vez? Esperaba que

caí al suelo. Mi cara quedó mirando al césped y las palmas apoyadas en la tierra. Aún de r

, con furia. Sin mirarla todavía, me puse de p

me disculpé, aunque yo era quie

brazos y piernas descubiertos. Su cabello azabache era largo y lacio y estaba suelto, ondeando por la ligera brisa de verano. Pero lo que me impactó no fue su belleza, sino la seguridad que transmitía por los po

utomática de los estudiantes al verla. Dese

uncido y chasqueó su l

bre sus talones a toda velocidad, golpeá

lo ocurrido. A lo que llegué a la conclusión es que er

me enlisté a toda prisa. L

volleyball, la profesora nos d

ada de la universidad de Virginia, está Georgina. Entrará en cualq

vestida con la ropa adecuada para entrenar y a paso firme. Miró al grupo por encima del hombro, apenas detenién

asta los huesos. Su mirada era tan ruda y penetrante

a ¿por qué tal reacción? Me encontré con la mirada hostil de la nueva estudiante, que no dudó en acercarse a mí con el desafío impreso

Reeve -empezó, anteponiendo

a llamándome monstruo con mala intención. Resaltaba la parte positiva de mi apodo

eres tan buena com

dí, aceptand

ndo cualquier sentimiento de temor que antes me aquejaba. Ella sonr

ra nos rodeaba con interés. Eso incluía a la profesora, quien dirig

l resto de los ejercicios, nos dividimos para comenzar el par

a clasificado a nuestra universidad para el torneo nacional. Mi actuación al final fue en vano, porque mi interés por

mi equipo y claro... no quería problemas. Lo que no había esperado era que alguien viniera

y el equipo contrario no

acostumbradas por años de experiencia en el campo, teníamos la capacidad de analiza

tantos puntos, que era imposible que las alcanzáramos, sin embargo no me importó. Qué poco sentía ya por este de

o el equipo logró salvarla. Corrí de manera automática a la red, haciendo

otro lado, Georgina se preparó para bloquearme, con una sonrisa burlona plasmada en el rostr

ncha contraria y Georgi

punto fu

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