El camino oscuro al éxito
se convierta en arrepentimiento. Los segundos se me hacen eternos, siento mi espinazo congelado, como si fuera lo que fuese que está allí detrás trajera el invierno consigo, estoy sudando como si viniera de una maratón, la atmósfera alarmantemente hostil se acompaña por un sepulcral silencio, provocando que suenen mis latidos como un campanario, ¿acaso me estoy volviendo loco? La luz intermitente de una farola por alguna razón me devuelve la calma, se apacigua aquella provocación infernal, obteniendo ahora un poco de valor procedo a girarme y efectivamente no hay nada. Han transcurrido alrededor de cuarenta minutos desde que sucedió el incidente de la mujer en la carretera, la calma ha regresado, todo acontece en paz y tranquilidad, y aunque eso me inquieta aún más, trataré de no pensar en ello y mucho menos en la peculiaridad de los eventos ocurridos a partir de su aparición, pueda que las pesadillas de la noche anterior tuvieron este efecto alucinógeno, tal vez deba descansar un