Hermanas
el rostro de Geli, porque no qu
s Camil
sa en los hijos
la vista en su herman
minar la conver
acta
Camila siempre había tenido la extraña luz de una llama esen
dejando pasar así los días, esforzándose en a
e suspensión, pero debajo de ella
. Causaba la impresión de que lo i
ero materno, pero no
ños presentimientos, anuncio
jo y miró a su hermana, a qu
dad, con la exquisita riqueza de su tex
algo juguetó
servas no explotadas. Camila
s le pr
has regres
su hermana la e
dibujo, y, entornando los ojos, bajo
, y se repiti
o a casa? Yo también me l
es la r
ce que regresar a casa ha sido
dirigió a Camila una larga
con una expresión un tanto
o s
si no lo sup
ónde se pu
superioridad,
saltas, en un sitio
e parece mu
na sonrisa le
riendo
ndo todo es un j
una vez más, cerr
Camila contin
spués p
resar, ¿qué te ha
Geli meditó fríame
voz helada y si
ompletamente
pa
si con resentimiento, como
mbién fríame
en él. Me he ab
insegura, Ca
mpr
ersación termi
a sus pies, un terrible abismo,
ntenida había sonrojado las mejillas de Geli. Que la hubieran
a voz excesivamente
a ver la
entusiasmo,
, va
do la labor y se puso en pie de
situación había creado en ella, lo que produjo en
l piso superior, Camila tuvo plena concienci
ba la profundidad de sus sentimientos hostiles hacia el hogar, el
sentimientos
la vía principal de una calle ancha, con tiendas y viv
huía dolorosamente la amorfa fealdad de aquel
ga y amorfa calle sucia de hollín, pasa
vía de tortura. Era extraño que hubiese decidido regresar, para compro
rse a la insufrible tortura de la presencia de aquellas gente
e sobre la tierra polvorienta. En ese momento, un