PASIÓN Y DESEO

e entró. Aunque, creía que, si iba al hospital a pedirle perdón a Frank, estaría dándole

normal. Aprovechando su buen aspecto, decidió irse al restaurant a beber un vino, no quería ir a un bar sola, prefirió dejar p

tidiarla y decidió darse un gus

s de ajo, más una copa de vino rojo. El sentimiento de culpa que sentía la iba a matar. Trató de ser justa,

ontraba que los beneficios eran muchos y las perdidas eran pocas, por lo cual se preguntaba por

etornar a su rutina llena de rutina y apatía, aquello pareció de lo más acepta

y se arregló para verse especialmente bonita para Frank y ocasionar una impresión en el. Al arreglarse, se veía bellísima c

an solitarias, no había mucho tráfico. Dur

e percató de que no estaba, así que, tras preguntar en el puesto de enfermeras, una de ellas le i

legar, se atemorizo en entrar sin anunciarse. Tocó la puerta aguardando unos minutos, por lo que, al no recibir respuesta, asumió que Fran

a su lado en la cama, acariciándole el cabello con mucha delicadeza. Cada uno tenía el extremo de unos auriculare

recía colocarlo a la altura de su rostro a propósito. Esta soltó una risa ahogada cuando él hun

—preguntó Vicky confundida,

edándose sorprendido al nota

onsiguió decir Frank,

la cabeza de la abertura de la puerta para quedar de pie afuera de la habitación. Quince Segu

eron más de un año y en una semana ya estas saliendo con ot

ris

situación en un momento así. ¿Desde cuándo estás con

estaba con él —

ña —dijo Christina, sin dejar

tación y espero afuera, se cruzó de

habían quedado claras las cosas entr

ier persona con la que has dormido los últimos años de tu vida. Me he dado c

la que terminó conmigo después que estuvimos juntos en el coche y ni siquiera me d

ciendo los labios y di

de hacer lo que yo quiera incluso verme

so, Frank, haz con tu vid

o la vuelta saliendo de la habitación. Encontrándose de frente

que lo hare muy feliz —res