PASIÓN Y DESEO
pareció que un gesto tan dulce que le hiz
que venga -dijo entreg
emelo es u
traer comida de casa
enta de que el tenía intenciones de seguir conversando, Christina se despidió con un movimiento de mano y se dio media vuelta para
sto de los empleados. Encontró bastante lindo la camisa azul marino, con las mangas dobladas hasta los codos, que llevaba, así como
na contable, saludó a Ruthneida, la secretaria, y a los clientes que esperaban sentados. Cuando llegó su jefe, Christina, que tenía cargo como auxiliar contable, lo ayudó con unos imp
que al bajar del auto tomó
aber si te apetece comer a
miento, estaba por llamarte para
Por
uchachos acordaron ir a comer o beber
, entendió que no
, pásala muy
riño,
o tenía que preocuparse por cocinar un menú que les apeteciera a ambos. Eran apenas las siete de la noche y sabía que estaría sola. Caminó hasta un refrigerador de helados y miró alguna
or ninguna parte, aunque no hubiese un motivo para sentirse así. Colocó el helad
o está a la venta -dijo l
molestia. Pensó que la chica la tenía tomada co
Estaba en el refri
no debieron de estar allí, no está a la venta porque
el motivo por el cual su molesti
r con el gere
-dijo la chica, aunque expresaba una disculpa,
gerente,
personas que estaban detrás de ella, ignorándola. Molesta, se cruzó de brazos a esperar al gerente, una señora hizo además de acercars
n poco. Tras dos segundos, logró entrar en si con rapidez y exp
lo que le guste -dijo d
factures -inter
on el mismo p
contenía el producto. Se dirigió hacia la salida del lugar, pensando en
mite un momento co
una oficina al final del local. Al entrar, la invitó a tomar asiento, pedimento que ella aceptó un poco titubeante. Él, en vez de sentarse al otro lado, en
co transparente lleno de bolicrun gomas sin semilla y tras abrirlo, se llevó
no, están
guntó Christina
Ella volvió a negar con la cabeza -E
rropó ligeramente su labio inferior con el supe
uenos -dijo extendiendo d