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Un bebé súper costoso para el CEO

Capítulo 2 Tragarse el orgullo

Palabras:1039    |    Actualizado en: 28/07/2023

más allá de la encantadora sonrisa. Aún así, su día había sido difícil y quería hacer algo espontáneo, algo que no requiriera mucho p

como si se esforzara por hacer que todos los que entraran se sintieran insignificantes. Amanda sabía que estaba proyectando. Su

cordó: Brad. Su nombre era Brad. Intentó relajarse, pero podía sentir la tensión en su cuerpo. Odiaba los días como e

n empezando a afectarla. Era una graduada de veinticinco

ersidad, pero el estrés estaba desgastando su fuerza de voluntad. Apretó los puños y caminó arriba y abajo por la entrada del hotel, esperando

Amanda B

a, ¿cóm

onoció la voz nas

?" ella

ijo casualmente

ría abof

heque hace tres días, Roy -dijo e

dijo, "ya ​​

e importa cómo es. Me contrataste para hacer un trabajo. Lo hice.

ré. Sólo dame un

anda casi grit

eó Roy, "no ne

olar su ira. Lo intentó de nuevo, esta vez empleando un tono que su m

hora, entonces no podré pagar el alquiler, sin mencionar la comida y los gastos básicos. Cuento con ese dinero p

rogar", dijo incómodo.

" Amanda

mo pueda", dij

" Amanda preguntó

tro lado de la línea, pero Amanda no se dejó

no de advertencia, pe

la línea es mal

no lo

maré más ta

eca!" Amanda le gr

o si al hacerlo pudiera transferir algo de dolor a Roy Michigan. Ella r

" preguntó una vo

o comprensiva, pero sus ojos parecían profundamente despreocupados. A Amanda no le importaba, no buscaba simpatía

"cosas de mi vida. Vayamos a algún lug

, sin intentar conversar, sin pensar demasiado en nada, pero tenía el lujo de no tener que pensar demasiado en nada. Amanda no tuvo ta

s, y en esas ocho cuadras, Brad había planeado su próxima semana para incluir cuatro fiestas diferentes, un pa

de intentar otro trabajo. Pensó que tal vez intentaría ser camarero en lugar de s

podría permitirse un segundo anuncio para poder llegar a más personas. Si todo lo demás fallaba, tendría que tragarse su orgullo y repartir volantes en las acer

hamburguesas, ordenaron, Amanda insistió en pagar la suya y luego caminaron hasta un banco cercano y se sentaron

de esas fies

espondi

isfrut

N

s pero hizo otro int

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