Cuándo ya no esté
queño que se la pasaba jugando y bromeando con nosotras. Para Nala y para mí era nuestro juguete favorito, nos hacía caballito, nos p
contándonos historias de terror y jugando a dibujar figuras con las sombras. Cada día con él era diferente, estimulante y d
piábamos. Aún hoy puedo verla bailando al ritmo de Cher y su Believe. Mamá siempre fue una amante empedernida de la lectura y como tal se encargó de que nosotras adquiriéramos el hábito de leer, de pequeñas nos leía todo tipo de historias y una vez que terminaba nos pedía que le explicáramos lo que habíamos entendido. Según ella, eso era para que aprend
que mamá odiaba que peleáramos por la razón que fuera. Siempre que comenzábamos una pelea, nos sentaba en el sofá a ambas, se hincaba frente a nosotras y nos miraba fijamente por un rato sin decir palabra. Podíamos leer en su mi
taran a sí mismas. -No había forma de refutarle eso, Nala y yo nos quedábamos en el sofá completamente enfurruñadas y seguras de qué mamá era capaz de cumplir su amenaza. Creo que fue hasta después de que cumplí los nueve
ma que podía escribir durante sus ratos libres. Hubo ocasiones en las que se quedó hasta muy tarde pegada a su computadora, pero siempre era capaz de levantarse al otro día a las siete menos diez de la mañana para prepararnos el desayuno y enviarnos al colegio. Nunca falto a ningún festival o evento en el que participáramos, nunca dejo de ir a las juntas y firmas de calificaciones, siempre estaba al
s a un curso de natación en el que tuvimos la oportunidad de participar en una competencia en la que ambas obtuvimos medallas de plata. También tomamos clases de
o natural consiguió una beca para estudiar en un colegio dedicado exclusivamente a formar bailarinas profesionales. Entonces tenía tan solo siete años. Yo por mi parte nunca fui tan física, nunca me gusto estar en movimiento, así qu
s, y cada vez que pasaba teníamos que verla desilusionarse un poco más. Porque no importaba cuanto se esforzara en ocultarnos cuanto le dolía cada "no" nosotras lo sabíamos, siempre lo sabíamos. Pero c
e había vuelto muy buena con el violín. Pero eso no era lo que me interesaba, adoraba tocar, la música clásica se convirtió en mi más grande pasión y disfrutaba enormemente i
e presentaba llamaba la atención de los expertos en ballet, tanto así que se le permitió tomar clases con la compañía de ballet estatal y par
ño paquete café y la apuro a abrirlo mientras la miraba emocionado. Mamá acarició suavemente la envoltura antes de abrirlo, las manos le temblaban y su rostro reflejaba una increíble emoción contenida. Los color
nombre una por una, lo hojeo una y otra vez, olfateo sus páginas como si eso lo volviera más real. Aunque ahora que lo pienso bien, siempre hacía eso, cuando compraba un libro nuevo, le gustaba
de un reconocido director Mexicano. Después de eso, mamá escribió otras cuatro novelas que rompieron récords de ventas, además de dos sagas que actualmente siguen en su proceso de filmación. También escribió algunas historia
de Artes del Estado, donde obtuvo de inmediato el papel de bailarina principal en el grupo de ballet. Para entonces ya había aparecido en innumerables ocasiones como extra en las presentaciones de la compañía de ballet estatal, era bie
a ayudarme a estudiar para los exámenes de admisión a la Universidad, no fue sencillo pero logre pasar al primer intento e ingrese a la Universidad de Artes en la sección