El ceniciento
o ya no puedo retractarme. La verdad, es que sigo muy impresionada
a. Es un sujeto muy apuesto, alto, sexy y co
abes cuánto te
n lo que está pasando que, ni siquiera me entero de nada, hasta que Ángela me da
la acribillo con la mirada―. ¿Pretendes
estúpido que estamos haciendo enfrente de mi nu
ja―. Llévalo al cuarto antes de qu
decir se oyó como una propuesta indecorosa. Reacciono antes de
le digo con la voz atragantada―.
ue, constantemente, nos mete en serios aprietos. Ángela. Cierro los ojos y le rezo una plegaria a la
obligada a hacerlo. Le pelo los ojos a mi amiga para que se
Me recompongo y, curiosa, espero a que mi nuevo inquilino nos dé una respuest
altaron cuando baje del metro y no
ojos y lo escrut
para haber pasado por un
olsillos de su pantalón y procede a d
ados que te apuntan de manera amenazante con sus pistolas y te
pero a que sea ell
a hecho lo mismo, por supuesto, después de haber chillado y berreado como loca, incluso,
Siento que mi cara arde de la vergüenza debido a los repentinos pensamientos que estoy
cara y me mira de una manera que pone a latir mi corazón a la veloc
á en cada parte de mi cuerpo. Mis piernas se aflojan y mi respiración se torna más agitada que de costumbre. Nunca antes me había pasado algo
acer más preguntas, pedirle referencias, investigar más sobre él.
habitación. Pongo la mano en el pomo
reso antes de que él lo haga―, quizás la decoración no es lo que esperas, pero para ser sincera, yo tampoco dab
rededor de mi cuerpo y de un tirón, me estampa contra su sólido pecho. Suelto un jadeo y cierro los ojos debido al susto que me llevo; pero al abrirlos, me quedo sin aliento. Mi mirada está clavada sobre su nuez de Adán. Trago grueso y tiemblo de pies a cabez
, nuestros rostros comienzan a moverse impulsados por la fuerza de atracción. El mío hacia el de él y el suyo hacia el mío. Desde
y que, por culpa de las circunstancias y de un tonto corazón que se ha negado a sentir y a reaccionar como lo está haciendo en este momento, me he visto obligada a posponer hasta que ap
sin embargo, eso nunca llega a pasar, porque un carraspe
perdiendo
ue estuvo a punto de suceder entre nosotros. Retrocedo un par de pasos y elevo las cejas con nerviosismo y vergüenza. Fijo la mirada en el p
solo e
rla la cara, porque entonces quedaría al descubierto antes esos hermosos ojos oscuros que s
o por fortuna, la atra
recupero el contro
an falsa como una obra de Han van Meegeren―. En los cajones del gavetero encontrarás sábanas, en la nevera hay bocadillo
mano en mi boca antes de que s
ra del dormitorio―. Tienes todo lo que necesitas en esta habitación y, en el caso de que falte algo, no d
redor hasta entrar a mi habitación. Cierra la puerta y me escu
si es el caso ―fija su mirada sobre mi cara para vigilar cada una de mis expresiones―, porque
o con l
regunto desconcert
jos y bufa
para que me siente junto a ella en el borde del colchón―. Ese hombre está como se le da la gana ―aporta con demasiado gusto―. Es lindo, sexy, grandote
adeo y me p
sgañitada―. Ese hombre es un completo des
ombros con i
l mismo techo a partir de ahora ―camina hacia la puerta y se detiene antes de salir―. Quién quita y puedas vivir tu propia historia romántica y apasionada ―menciona con voz cantari
í, pensando y analizando cada una de las pa
i me atrevo