QUEDATE CONMIGO
iedades hacía pensar que el suelo emanaba una energía especial, esta vez era el escenario de un operativo de
lo, la que estaba saliendo en comerciales y revistas. Tenía solo cuatro escoltas para su seguridad, incluso eran más de lo habitual que usaba en la ciudad donde le gustaba tener un perfil bajo, muchas veces se vestía con harapos y recorría solo las calles de la ciudad. Se sentía libre
llo, hablando entre ellos, Jefferson, el más antiguo, un ex m
eron y ganan mucho dinero, pero descubrí que no hay cosa más difícil que hacer ejercicio para bajar de peso, era más fácil
era porque él primero lo quería estafar, por eso el capo lo nombro escolta, es que ni porte tenía
, tiene que ir
do de gris, cabello negro, medio moreno que se llamaba Jon, este llego al cargo p
ta del agua, del ajo y la sierra... Aguantarse
una bella mujer, aunque estaba traumatizado por las múltiples burlas de su nariz aguileña que sufrió por parte de sus
o engordo en un instante, no le podrá dar reversa, tiene que empezar dé a poquitos, simplemente practique comer una cucharada menos, quedar con un poquito
rrumpió la convers
on disimulo, viene subiendo un po
scaleras, dándose cuenta d
ndo del techo, tenemo
erta del jefe y luego s
rle, debemos es bregar a salvarnos nosotros. Nada de
ar de su jefe, quien le r
no quería que me interrumpieran, más
ldas solo le
nos c
furia por todas las habitaciones, encontrando solo ropa tirada y un par
armario de la habitación principal, el cual no lo pudieron correr ni abrir, les toco romperlo en astillas, al igual que la falsa pared detrás de ese, que conducía a una pequeña escalera, por donde se lanzaron varios
entraron presionando a la familia para que fingieran que vivían con ellos, hasta que se
s toca es conseguir trabajo, pe
rcharse primero, a lo que C
do, usted se quiere quedar con el dinero que está en
Jon agarro a Juan del
nuestra liquidación, no lo tenemos que repartir en partes i
do de ganar su confian
tal salga y nos lo cobre con la vi
uda, a lo que J
tarde o temprano la policía lo encontrara, les propongo que no lo dividamos en partes iguales; si
pacto de cesantes en lugar de verlo
as que aún custodiaban el lugar, tomaron el auto del garaje, marchándose a guardar el
zado, vamos tranquilos, que yo les gasto lo que quieran, ¿Quién sabe si nos
umorado l
uede estar buscando, además cogieron presos
uto, era Carlos quien lo
s por el gran jefe, para que lo liberen pronto. Mejor relajémonos y vamos a un lugar que conozco,
es esperaba otra aventura, incluso se