QUEDATE CONMIGO
y a viejo, en ese lugar acomodo a Viviana junto con su hija, llego un hombre medio gordito
ontar lo sucedido, por favor siéntate como en tu casa, si necesitas a
ndo la cabeza
es, espero poder pagarles algún día, t
ita la interrump
arse del parto, coger fuerza para que pueda dar buena alimentación a
la señora Pepita intento frenarla, después ya disfrutaba de su empleada personal e incluso le buscaba otras labores, tanto que la muchacha por
mera trabajaba y don Lorenzo trataba de sobrep
cuarto a calentarme, puesto
pequeña hija, tratando de no confrontarlo
enferma, tengo mucho cansan
ro ropa a las dos y una torta junto a una bebida para celebrar, Viviana se tomó más de me
cuello y manos se lo impidió, descubrió que estaba amarrada y amordazada, a su hi
.
guardaespaldas desempleados entraron a celebrar a un bar que estaba
mesa y la botella, la
que su contenido no era fino, si lo estaban cobrando como tal, aunque esto los transformo en apuestos
os bellas mujeres y
te par de bellezas y de
us pocos dientes, le me
dinero nos vemos lindos como sea y si no,
levantó pa
atrones, nos veremos siempre
pedían otra que tampoco duro y luego
odemos dar mala apariencia, mej
le burlaban
ño, por eso es que nunca va a ser n
n en la cabeza y resultaron solos, con la mesa llena de
ó tumbando la
mujeres me ro
bar les empezaron a pegarles garro
so Jon cubriéndose con una si
me la tienen que devolver
sponder por nuestro dinero, -le reclamo
s que ni siquiera conozco a esas muchachas que se sentaron con ustedes,
n fríos y Jon
ue la policía nos capture, m
que no era para tanto, un problema más de unos borrachos que no quieren pagar la cuenta, quienes terminarían en
que pagar y des
isimular su voz enre
ías, pero ya pagamos, es
umpió con un grito y
e estas cualesqu
ó una de las mujeres re
edes pidieron de todo como locos, según ustedes son mafiosos que se salvaron de que los ap
s policías les apu
os tiene qu
policía, girándolo y empujánd
an, muc
mo si fueran mariscales de futbol americano, demoliendo todo lo que se les atravesaba
pereza entrar y decidieron esperar en la calle, haciendo guardi
e o los neut
importar que el peligro les zumbaran en las orejas, hasta que J
guro ya habrán llamado refuerzos, mejor déjenme, yo les doy tiempo para que
ero al acercarse detalló la razón de su ofrecimiento, era
razón, nunca te olvi
do hacer ruido para despistar a los policí