Jugamos con fuego
a había pasado tiempo de más mirándolo algo extraño, el ambiente entre el
e esta
reocupación, cosa que curiosamente incomodo un poco a Ale
o como castigo de mi parte por su compor
. para
Alexander volteo a verla confundido, en un principio parecía pr
o, si quieres vamos a casa, p
a, es demac
ación de invitados, así se pue
y el interés que ella tenía por Edgar ya que se quería quitar
negado inventando mil y un excusas pero ya que hace no mucho pensó en la posibilidad de tomar más encerio su relación
ría, si no es much
ada... v
ra a caminar para después posicionarse a su lado, el era bastante alto
abrió la puerta del copiloto como un gesto caballeroso d
rte tracera si
ndo su mano sosteniendo la puerta del copiloto por unos segundos, era la primera muj
n palabra alguna, Alexander estaba sumido
ar, al final de cuentas ya tenía algo de sueño y sería algo grosero
rano que todos para irse a casa a cambiarse la ropa para ir a
intención de abrir la puerta a Dayana, pero cuando el rodeo el
yana parecía no tener aprecio por ello, cosa que hizo sentir a A
es y la casa se iluminó. Al entrar del lado izquierdo estaba la cocina y la barra,
estas en
ana fue y se sentó en el gran sillón en forma de L, ya había estado a
ovió ligeramente la cortina para mirar al exte
si en verdad era necesario todo eso, en estos instantes ya estaría en la comodidad y calidez de su cama más sin emba
do a la habitacion de invitados para revisar que todo estuviera en orden y la novia de su hijo de l
dejó de ver por la ventana y se encaminó a su encuentro, el
or lo menos un rato antes de que llegara Edgar; ella olvidó por completo que había un pe
no para sujetarse más que Alexander se sujetó a las caderas
era alcanzó a meter las manos para sujetarla, en un abrir y cerrar de o
ba por sus cuerpos, Dayana estaba atónita mirando el suelo,
un cosquilleo que le recorrió el cuerpo; cuando por fin logró reaccionar ante la situ
si casi, pero sus rodillas estaban algo adormiladadas por