Jugamos con fuego
sitio tan siquiera por un segundo, la música es tan fuerte y ensordecedora que para hablarle a la persona que está a escasos centímetros
se encuentra Dayana, esta sentada con los brazos cruzados, sumamente
e, una mano de el esta posada sobre la diminuta cintura de la mujer, mientras en la otra man
irse a casa a descansar, ella sin duda no estaría ahí de no ser por su novio le insistió b
ra de su compañía o la quisiera mucho, si no por el simple echo de presumir ante l
Edgar tenía una posición respetada en la universidad, así que ella prefería aguantar a un idiota que tener
ustaría
nvitarla a bailar, ya tenía rato observándola mientras ella est
dos por todos lados, pero Dayana llevaba un vestido ajustado hasta la cintura, la parte baja era amplia y un poco esponjosa, estaba
fría de la hermosa mujer, tenía los ojos de un color verde intenso, que brillaban bajo las luces del lugar
r en la cara del chico quien tenia un rostro con la mirada perdida com
s, vengo co
pués voltear a ver hacía el otro lado, tenía la esperanz
er, en cuánto ella le volteo la cara le llegó el fresco aroma de su cab
el? ¿¡Cómo se atreve a dejar a un
e ignoro al chico, pero no muy lejos de ellos Edgar después de mucho rato recordó
a y un chico a su lado muy cerca se recompuso enseguida; de una manera algo brusca alejó a la chi
decisión se correrlo de una manera sutil cuando de repente a espaldas del chico llegó Edgar y le dio un fuerte puñetazo en la cara; lo hizo caer justo en las piernas
a llevarse a su novio y evitar una escena, pero el chico se levantó rápidamente y tla
frutaban de la pelea entretenida. En cuanto llegaron a ellos y lograron separarlos Edgar golpeó a uno
o es pos
nsaba que era mejor lidiar con los acosadores de la universidad diario que con el, pero era su manera de esconder sus
zos y piernas para secarlo a como diera lugar ya que el otro chico estaba desm
salida con el en brazos, así que tomó su pequeñ