Cautiva del Destino
las multitudes, los coches y los puestos de comida que saturan el aire con sus olores se convierte en una pes
vida, desafiando constantemente su capacidad de supervivencia. A sus 19 años, era comple
eña suma mensual para sobrevivir. Vivía en una casa grande, pero siempre se quedaba e
grande y hermoso del barrio, gracias al esfuerzo y talento de su padre, un constructor con pocos estudios que se convirtió en uno de los mejores arq
Desde los 12 años, se propuso recorrer el país completo, y durante las vacaciones arrastraba a sus padres a todo tipo de lug
lo que quería hacer ahora que había terminado la escuela secundaria. Mirando por la ventana, pensó en cómo había llegado hasta ahí,
tos. Jeanne se sorprendió al escuchar su voz y lo miró con curiosidad
jo él con una sonrisa amable. - Quiero estudiar, por supuesto, solo qu
nunca lo haría. Ese mundo fue el que mató a mi familia y ahora, gracias a ti, pu
la, pensando en su pasión por la pintura. - ¿Retomarás la pintura? -, preguntó Geovany con una sonrisa.
r lugar para que sigas tu camino -, dijo Geovany con una voz suave y amable. - Eso me ayu
Pero, si eso es lo que quieres, te apoyaré en todo lo que decidas hacer. Solo recuerda que
esta a seguir adelante y a perseguir sus sueños. La vida podía ser dura y solitaria, pero con la ayuda de Geovany y
a vida, pero su amor por los libros nunca disminuyó. Los libros eran su refugio, su escape, su co
ariciando las tapas de los libros con los dedos, leyendo los títulos en voz baja, sintiendo la emoción de descubrir un tesoro es
s para matar su aburrimiento. Pensaba en su padre, quien odiaba los aparatos tecnológicos y prefería regalarle libros que nunca dejaban de sorpren
los libros, a la esperanza de un futuro mejor. Como aquellos árboles que perdían sus hojas en otoño