Princesa por Accidente
nada que ver con él. Recordaba el amor que alguna vez le tuvo y aho
no podía d
mpañaba a su marido para cambiar los vendajes y hacer la limpieza de la h
el médico vino a verlo para ver su progreso. -Me sorprende que no tuviera fiebre
sonrió un poco pero de inmediato dejó de hacerlo pensando en que no era buena seña
a, ahora debe comenzar a caminar más, el ejercici
irse salió con paso lento de su habitación y fue directo al estudio buscando a Elisa, pero no esta
n una reverencia al rey y John asintió. Elisa se qu
ammond. Reciente regresó de sus viajes. Tomará el trono muy pronto. Maj
ocerlo por fin,
u marido haya vuelto a casa, puede que sea su Majestad pero también es su esposo. Cuando mi querido Frederick va de viaje
a taza de té antes de continuar con la conversación. Así aquella tarde John Hammond conoció algunas de las caridades a las cuales se dedicaba su esp
u esposa sea patrocinadora
todo es talentos
ra el evento de caridad y quedé encantado con su organización. Tiene un estilo muy directo y una prosa
o
da como tal o cualquiera de sus aventuras fiesteras del pasado. Pero no dijo nada, solo escuchó todo el proyecto e incluso él tuvo que admitir que estaba con ganas de invertir también. En cuánto se fueron sus invitados, intentó nuevamente hablar con su esposa. -Lo que hi
prendido cómo te manejaste, no sabí
esa reunión era privada, no te
eresante todo lo que escuché, ¿puedo par
ó irse al escritorio para recoger sus papeles y leerlos. -Tengo que enviarlos a los abogados para saber si esto me convienear una temporada bastante larga en Darmid.
sta salir al jardín, y se quedó en shock al escuchar a Elisa llorando en una de las bancas tras los árboles. No había hecho nada, estaba seguro de eso. Repasó la conversación una y otra vez en su cabeza sin encontrar cuál había sido el
sa deseaba tu respeto", aquellas palabras cruzaron su mente y se sintió un villano. Ella había estado con él en las buenas y en las malas. Cuando via
ocultar todo el cariño que aún sentía ella por él. ¿Y él? Él la quería, y quería de regreso a la risueña
su matrimonio algo hermoso. Su ama de llaves se lo
abía un
orazón de Elisa
er como lo había