Princesa por Accidente
n. –Viola dejó a la gata de Elisa sobre su cama y se sent
sde que llegó me
as de
duro. Pensé que ya había superado todo esto pero no puedo estar siempre con la tensión de que cuand
sus cenas y galas y con el apoyo de ella, Elisa pudo volver a la sociedad. Todos sabían su historia, al menos los de la familia, y V
me ama, jamás me tuvo siquiera en cons
mista, pero es posible que esta sea tu oportunidad de tener u
de la boda y eso lo sigo odiando con cada fibra de mi ser. Yo no puedo y menos quiero tener
sa. Sería un escándalo para l
rgüenza así será. Podré tener un hogar donde viva tranquila y la oportunidad de buscar un caballero rural que me respete y me qui
Jo
que estoy siendo egoísta... ustedes tienen el favor de los duques de Hastings, también de
erona de tu prima esta temporada y ce
ue confeccionaran algunos vestidos para su presentación e ir a los bailes. -Esperaré entonces para irme, solo por Felicity, pero durante ese tiempo puedo presionar para firmar la nulidad d
su amiga. Ella había sufrido, merecía que su cuñado pusiera empeño en tenerla, incluso a una e
mos sien
parte de la familia Hammond tengas nuestro apellido o
s emba
quiere hacer una cena para decirle a la familia. Le he dicho que por favor espere unos días
ción de John para ayudarlo con su herida. Lo que le sorprendió fue verlo dormido y no solo él, su gata estaba acurrucada al lado de su esposo en una bolita. -Trai
isa
nía porqué quedarse más de lo requerido en aquel cuarto. -Pediré que le suban algo para merendar, té también para que pase el mal sabor de los medicamentos. –Y no
nera los platos de la cena, Felicity y institutriz, venían a pasar
les gustó fue que los chismes formaran parte de
que el señor está herido
o público atendiendo tantos negocios, tratados y toda la casa c
o que deberíamos hablar sobre cóm
licity para su presentación. Se despidieron antes de las onc
do un la
No decía nada, pero el estar ahí le causaba vuelcos en el corazón. Él intentaba hablar pe
ue imposible. -No te he a
de ponerle la venda y acobijarle. -No agradezcas. No
as co
né con mi
familia, Elisa. Pud
Además debí
l se levantó y fue a la cocina para llenar una bandeja con algunos pedazos de pastel y unas galletas, y ta
lado y tomó a Meribast bajándola del co
o antes de servirse una taza y sentarse en una de
dio la idea de una mascota. Estaba muy pequeña cuando
mbos mientras tomaban té y comían algunas golosinas. John sabía que tenía que
la bandeja mientras se levantaba de la silla. -Es tarde, d
más cómoda. Quisiera saber como lo hiciste. -Ella no quería hab
idos y quise probar. Y ha resultado bastante bien. -Lo vio asentir y sin volver a tener nada más que decirse al verlo terminar de comer
stando solo John se puso a pensar en que podía hacer para que su vida con Pen fuera por lo
staba sufriendo. Elisa había sido su amiga y se divertía con sus ocurrencias y le encantaba su dulzura. Era bueno encontrarse con ella en los ba
distancia y se portaba con tant
culpa. Elisa estaba más hermosa, había crecido en medio de la adversidad. Tenía ve
quería siquiera conversar con él, y seguro la alejaría más si intentaba imponerse
a sin duda debía hacer algo. Tal vez podía acercarse a ella conociendo sus negocios, lo que hacía,
osible ya que ella iba en silencio a ayud
una burla. Acercó su mano para acariciar a la gatita y al hacerlo tras las orejitas la escuchó ronronear y cerrar los ojos, disfrutando de la atención que él le daba. -Es todo lo que querías ¿Cierto?
aba dormida. -Te dejaré hacer