Princesa por Accidente
había estabil
ncesa Elisa Hammond, si es que había alguno. A pesar de que la reina comenzaba a decaer en su estado de salud y la falta de un heredero d
tanto como para que no pudiera volver si se necesitaba
ades, organizaba eventos de recolecta para los pobres, fundaciones, bailes. Mantenía su agenda ocupada y tratab
, pero no podía acercarse de nuevo a Elisa. Primero, la había dejado sola y sabía que ella
verlo desde las sombras y n
l año cursante, día en donde una llamada lo cambi
e encontraba en la ciudad disfrutando de la trinidad sagrada de los excesos masculinos: Las mujeres, la bebida y los vicios. Estaba con su mejor amigo, Lord Robert Kettering y llevaban varias h
No hay esposas que riñan ni niñas ingenuas. Además, tu esposa tiene un baile esta no
me llevas la delantera en eso porque
mi esposa.
zaba a afectar el alcohol. -¿Por qué volviste al país? Todos los días recibes noticias de tu es
ncontrar ni una sola razón por la cuál se había alejado de ella. Era su mejor amiga o lo había sido. -Com
ecretario privado llegó hasta donde estaba John. Como príncipe de inmediato se temió lo peor. Cuando
antó rápido y tomó el teléfono privado, lo acercó a su oído y cuando escuchó el
nte no p
o pal
Portia f
esas nuevas significaban, que tenía que hacer, pero lo único en lo que podía pensar
entregó el teléfono y salió de aquel bar, al ver a su amigo se despidió
todo en
to. Cuando nadie lo miraba comenzó a llorar. Fue hasta su palacete privado
nión vacía porque no sentía nada por ella, estuvo muy enojado con ella también y habían sido la comidilla de la prensa durante todo el tiempo que había durado su separación. Sin embargo eso estaba a punto de cambiar. El avión aterrizó, tomó su auto y fue directo al palacio, le tomó un día llegar. Al entrar todo estaba en un molesto bullicio, las personas hablaban
ostro y sus enormes ojos color miel y sus espesas pestañas. Su boca redonda y labios carnosos, el hoyuelo de su mejilla cuando sonreía
abrir el cielo mismo. Pero una negación de ella para
acercó poco a poco a ella y todos los presentes se quedaron en silencio
tal y como él la recordaba. -Querida. -Observó el delicado color de sus mejillas, que se t
ella con una reverencia. -Mi
za. -eran la noticia del momento. -También lamento su
iré entonces... ya que está aquí podrá tratar con los embajadores. -Ella e
nte la sociedad sabía que debía desempeñar el
tió. Suspiró enfadada e intentó apartarse de su lado, pero él no la iba a dejar. No la soltó
es sol
ue hablarte en privado. -Caminó con ella a su lado y la sacó del salón do
do una compostura helada y seria, la misma que le había servido durante tanto tiempo como un escudo protector que la protegió del dolor de su destino. Él la llevó a la biblioteca del palacio de Blueberries y
ecién acaba de morir y somos los s
ncesa era OTRA, no yo. No estoy lista para esto. -Además de que ser la reina supondría as
ner más el reino a la censura mediática. Será un festín
y ella negó. -¡Dios mío!
én en tu bienestar. No soportarías la presión. Si m
o discutamos. No quiero ha
sta situación en el
e, pero tenía que haber una solución. No podía ser la esposa de John y
volvemos, el primer ministro Bertie es diferente, sé que es un vividor y un derrochador, tan indigno de mi confianza que primero dejaría que se congele el infierno antes de dejar mi
nversación pues quería pensar en otra solución. -Tu madre acaba de fallecer ¿Acaso no pu
ba cubierto por un intenso deseo del deber. -Elisa, mi primera obligación ahora es mi reino. Como príncipe heredero debo asumir el trono y no puedo ser débil. Tú eres mi esposa a
aba los ojos claros del príncipe John se encontró con que realmente no conocí
á terminado. Serás mi esposa en todo e
por años y ahora ¿Yo soy la que debe dejar que vuelvas como si nada? Me expusiste al ridículo y al escarnio ¿Y ahora me hablas de sentido moral? Moral sería que me
obre mis obligaciones y no tienen nada de divertido. Serás una princesa por accidente pero eres una princesa, mi princesa, por
o matrimonio solo sería de palabra. No tengo porqué ceder a esto si no quiero. Me usaron y me humillaro
mo reina de Darmid. Tras la muerte
u cerebro y por primera vez en su vida sintió que ib
table después de nuestra primera vez tan nefastas, pero asumiré el trono de Darm
Romance
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Xuanhuan
Moderno
Hombre Lobo