Novia del Señor Millonario
Mi esposo millonario: Felices para siempre
Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
El arrepentimiento de mi exesposo
Extraño, cásate con mi mamá
Los Mellizos del CEO
El dulce premio del caudillo
El réquiem de un corazón roto
Yo soy tuya y tú eres mío
El gran regreso de la heredera despechada
Capítulo 1
Tara
Estoy por terminar mi turno en el hospital donde trabajo como médico cirujano desde hace dos años. Ahora mismo son las 7 am y en este preciso momento, estoy saliendo muy agotada del quirófano después de realizar una cirugía a corazón abierto muy complicada, donde tardamos más de 6 horas, pero que al final resultó todo un éxito y no es por presumir, pero soy muy buena en mi trabajo. Y aunque no he dormido absolutamente nada en las últimas 20 horas, saber mi paciente esta salvo gracias a la excelente cirugía que acabo de ejecutar, me hacen sentir muy feliz. Aunque debo admitir que agradezco mucho a Dios, que a lo largo de mi corta carrera no he tenido el trago amargo de perder a ningún de mis pacientes y espero jamás experimentar esa horrible experiencia.
- Como doctores nos preparamos para salvar vidas y perder una significa mucho para nosotros, nos hace creer que hemos fallado en nuestra misión.
**Mi nombre es Tara Bell y provengo de una familia muy conservadora y tradicional, pero también muy amorosa con valores únicos. Llevo los últimos 7 años viviendo en Londres, donde decidí estudiar medicina en la facultad de Queen Mary, una de las mejores del país, desde hace muchos años atras. Al concluir mi periodo de interinato en el hospital central de Londres y graduarme de la facultad de medicina, debo presumir que fui una de las mejores en mi generación. Además, gracias al magnífico desempeño que tuve en el hospital durante mi pasantía, logré ganarme un puesto en este gran hospital gracias a mi esfuerzo y dedicación.
Actualmente, trabajo en el área de urgencias médicas, así que por lo general tengo mucho trabajo, ya que tengo tres turnos nocturnos, dos de día y dos gloriosos días de descanso. Mis horarios laborales normalmente son 12 horas o más, según la carga de trabajo y en algunas ocasiones mi descanso es interrumpido por alguna emergencia urgente, es muy agotador, pero, aun así, amo mi trabajo.
Voy en dirección a mi consultorio para terminar los reportes que tengo que entregar antes de ir a casa. – Gracias al cielo, mañana es mi día de descanso, mientras camino por los pasillos del hospital voy saludando y dando los buenos días con una enorme sonrisa, a todas las personas que encuentro a mi paso. El gruñido de mi estómago por el hambre voraz que siento, me hace sonreír al recordar que no he comido nada desde hace 8 horas. La verdad es que este trabajo es muy exigente y complicado, porque cuando tenemos demasiado trabajo, nos olvidamos de todo y ni tiempo de comer a nuestras horas nos da. Así que cuando mi cuerpo me exige alimento gruñe y debo atenderlo primero. Desvió mi ruta hacia la cafetería del hospital por un merecido café americano bien cargado y un emparedado de pollo para calmar el hambre mientras termino mis pendientes y llego a casa.
Después de realizar mi pedido, lo espero por unos minutos, me encuentro con algunos colegas, los saludo e intercambio algunas palabras con ellos y luego me despido para seguir mi camino. Al entrar a mi consultorio, coloco mi almuerzo en el escritorio, me siento en la silla donde reposo mi espalda, estiro mis piernas y brazos sumamente cansados, luego tomo un sorbo de mi café y – Dios, esto es la gloria. – siento como pasa el calor por mi garganta y la cafeína despierta todos mis sentidos, recostada en mi silla, reposo la cabeza y cierro un momento mis ojos para descansarlos un poco. Mi mente solo puede pensar en llegar a casa para descansar y recargarme de energía, gracias a mis dos grandes motivaciones que me esperan en casa cada día.
Dios han paso siete largos años y mi vida es perfecta, aunque no lo parezca. Vivo en mi propia burbuja sin mirar atrás, pues mi pasado esconde muchos secretos muy dolorosos que prefiero dejar dormidos muy en el interior de mi mente. El teléfono suena sacándome de mi momento de relajación y de mis profundos pensamientos, abro los ojos y estiro mi mano para descolgar y atender la llamada…
– Buenos días, habla con la Dra. Tara Bell.
– Buenos días, Dra. Bell disculpe molestarla, sé que está cansada, pero el Doc. Brown solicita que pase un momento a su oficina, antes de retirarse – me comunica Nina, la secretaria del director de urgencias médicas.
– Enterada Nina, le puedes decir por favor que en cuanto termine con mis pendientes iré para allá.
– Claro que sí, yo se lo comunicó al director.
– Gracias Nina – doy un largo suspiro, porque realmente estoy súper agotada y de lo último que tengo ganas es de hablar con Alek.
Tomo otro gran sorbo de mi delicioso café y le doy un par de mordidas a mi emparedado que está riquísimo y mi estómago me lo agradece, como mientras leo los reportes que tengo que entregar, al terminar recuesto mi cabeza de nuevo en el respaldo de silla – Me pregunto, qué asunto quera tratar Alek conmigo, esta vez – me digo a mí misma, honestamente mis reuniones con él, tienden a prolongarse, ya que después de tratar asuntos profesionales, Alek siempre termina invitándome a salir y la verdad es que me da mucha pena negarme casi siempre, ya no tengo más pretextos para rechazarlo de una manera sutil, Alek lleva más de un año detrás de mí y un que es un hombre muy guapo y lindo, sinceramente no me quiero involucrar con él ni con ningún otro hombre, pues tengo tantas preocupaciones que no me he querido dar la oportunidad de iniciar una relación con nadie.
** Alek Brown es un médico de 35 años muy atractivo para que negarlo, es alto, mide aproximadamente 1.85 de estatura, es de cuerpo atlético, un poco musculoso, pero no tanto, su cabello rubio, piel blanca, ojos marrones claros, nariz perfilada y labios finamente delgados. Y además de ser un hombre físicamente atractivo, Alek es muy inteligente, noble, divertido, caballeroso, profesional y serio en lo que respecta a su trabajo, algo que admiro mucho de él, pues a su corta edad ya es el director del área de urgencias médicas de este hospital, gracias a sus grandes logros y estudios.
Como ya lo mencioné, Alek siempre me ha invitado a salir, y aunque no siempre he logrado rechazarlo – si así es, he salido con él al menos unas cuatro veces solos y en las demás hemos salido con nuestros compañeros y amigos en común. Y es que la verdad es que, Alek se ha convertido en un bien amigo, es muy lindo y paciente conmigo, tanto que cuando he necesitado algún favor de su parte siempre me ha ayudado sin pedir explicaciones y sin condiciones, es por eso me da mucha pena estarlo rechazando casi siempre, pero honestamente después de lo que me paso en el pasado se me ha hecho difícil convivir con los hombres de una manera romántica, pues aunque mi vida aparenta ser muy perfecta, la verdad es que no lo es y sé que no cualquier hombre estaría dispuesto a aceptarme con todos mis problemas, no quiero lastimar a nadie ni salir lastimada, por eso es que me he negado a no abrirle mi corazón a alguien. Yo sé que Alek es un buen hombre, pero hay algo en mi interior que me dice que él no es el indicado, que él no es el hombre que mi corazón espera, porque simplemente no siento nada más allá que un afecto que no es amor, así que no quiero equivocarme y romperle el corazón, ni mucho menos terminar con la bonita amistad que tenemos.
Desde que llegue a Londres, me enfoque de lleno en mis estudios, ya que nada fue fácil y tuve muchas pruebas en mi camino, las cuales me han hecho madurar y hacerme más fuerte. Durante cuatro años me esforcé mucho hasta convertirme en lo que soy ahora. En mi estadía en este maravilloso país, aprendí mucho sobre la gente y sus costumbres. Tuve experiencias que me ayudaron a ser más fuerte e independiente. Con el paso del tiempo mejore mis habilidades y fije las metas que quería lograr en esta profesión y en mi vida, claro. Gracias a las personas que están a mi alrededor he logrado tener una vida tranquila y llena de retos. Retos que me ayudan a crecer día a día para salir adelante.