DAMARIS
Abro de un empujón la puerta de cristal de mi despacho y mi cuerpo salta instintivamente hacia atrás.
̶ ¡Jesús! Intento recuperar el aliento. ̶ ¿Quién es usted? ¿Y qué haces en mi despacho? . No todas las mañanas hay un hombre de metro noventa sentado en la oscuridad, merodeando alrededor de mis archivos.
̶ Oh, ¿no te lo ha dicho papá? Sus dedos hojean los papeles, una sonrisa sonriente juega en sus labios perfectamente esculpidos. ̶ Estoy entrenando contigo por un tiempo. Ya sabes, aprender de la estrella de la compañía . Su voz destila sarcasmo mientras se levanta y camina hacia mí. Me tiende la mano con un gesto tan despreocupado que resultaría molesto si no fuera tan encantador.
̶ Fernando ... Fernando Crawl .
Miro fijamente su mano extendida, negándome a darle la satisfacción de un apretón de manos.
̶ ¿Eres el hijo de Crawl ? .
Lo confirma con un movimiento de cabeza, disfrutando de la sorpresa en mi cara. ̶ Así es, Damaris . Soy el hijo del jefe. Parece que vamos a conocernos muy bien .
Esto no puede estar pasando.
Me quedo en silencio.
He oído los rumores. Fernando Crawl , el notorio playboy, conocido por desfilar con todas las mujeres despampanantes de Chicago. Su nombre está pintado por toda la ciudad con trazos gruesos de escándalo y pecado. Un chico malo con un encanto y un juego tan potentes que resultan venenosos.
Recientemente, un chisme particularmente jugoso se había abierto camino por la vid. Fernando fue visto nada menos que con la supermodelo internacional Marcela Villegas . Los dos fueron vistos en la azotea del Hotel Bellafonte, en pleno centro de Chicago.
El verdadero escándalo era que Marcela era la ex novia del hermano de Fernando , Vicente Crawl , el abogado litigante más importante de Chicago. Toda la ciudad estaba alborotada por la audacia de todo aquello. Fernando Crawl , el playboy más sexy de la ciudad, no sólo alardeaba de su última conquista, sino que esta vez estaba con la ex novia de su hermano. Era un escándalo que había sacudido la ciudad de Chicago, añadiendo una nueva capa a la infame reputación de Fernando Crawl .
Entorno los labios en una sonrisa tensa, conteniendo la respiración mientras mantengo los ojos clavados en los suyos.
Arrogante. Egoísta. Presuntuoso.
Probablemente también narcisista.
Menos mal que los playboys arrogantes y ricos no son mi tipo.
Yo, Damaris Ángeles no hago el caos. Prefiero la tranquilidad. La estabilidad. La calma.
Pero esos profundos ojos oscuros me atraen.
Damaris . No es tu tipo. ¿Lo recuerdas?
Sí, claro.
No es mi tipo.
Es todo lo que nunca he buscado en un hombre. Espontáneo donde yo soy meticulosa. Imprudente donde yo soy cautelosa.
Mantengo mis ojos fijos en los suyos.