No comenzaré la historia diciendo que me arrepiento de todo lo que he vivido hasta el momento, porque sencillamente no es así, he comprendido que en este mundo existen el amor como el dolor.
Soy médico cirujano, actualmente trato de especializarme también como médico neurocirujano, soy nacida en Inglaterra, sin embargo, después de la muerte de mis padres mi hermano mayor y yo nos trajeron a vivir a Estados Unidos, cuando mi hermano cumplió los 18 años entro al ejército, allí comencé a quedar sola.
Tengo que admitir que me convierte en una persona fría y distante y sobre todo una persona que está obsesionada con su trabajo debo admitir, debía vivir un poco con la ironía de la vida, mientras mi hermano defendía a su país, en ocasiones matando a los demás, no lo culpó es su trabajo, tratan de mantener la paz, sin embargo, mi trabajo trata de mantener una vida tranquila, tratando de ayudar a las personas a vivir.
Aunque soy terca y ese tipo de cosas logran que en mi vida todo también se vuelve algo caótico, sé que no es el lugar y el momento de recordar toda mi vida.
La vida como Médico no es fácil tenemos en nuestras manos la vida y la muerte la enfrentamos a cada momento y al vivirlo uno piensa que está adaptada pues si superan la realidad no es así.
Sin embargo, nada me estaba preparando para todo lo que iba a vivir, por la decisión de querer seguir ayudando, salir de la civilización, tratar de olvidar esa vida monótona que tenía.
Sin embargo, conseguí dolor, destrucción y muchas cosas que por ahora no quiero recordar, aunque en ocasiones es necesario.
—¿No recuerdas la última vez que vimos la civilización? — Pregunta mi amiga de forma dramática sacándome de mis pensamientos.
—En ocasiones— Digo regalándole una sonrisa.
—¿No piensas en irte? — Me Pregunta de repente.
—¿Quién ayudaría acá? — Le hago una pregunta en esta ocasión, aun de esta manera decidí responderle— No puedo, aún falta brindar mucha ayuda.
—Tienes mucha razón— Sonríe— Aunque no es fácil
En ese momento nuestra conversación es interrumpida, se nos acerca un chico, está revuelto de lodo, sin embargo, puedo reconocerlo es el sargento Montgomery, está cubierto de sangre de inmediato observó al chico que traen detrás de él, en una camilla.
—Ayúdalo, por favor— Dice el sargento, es rubio con ojos claro
—En esta camilla— Dice mi amiga ayudándolos acostarlos
—¿Qué le sucedió? — Pregunto viéndolo lleno de sangre
—Le dispararon y la bala impacto en el abdomen— Me dice de una mala manera
—Debemos llevarlos al quirófano.
—Tijera — Digo y ella me las da, no es una operación fácil hago una incisión en la herida para sacar la bala, pero está perdiendo mucha sangre.
—El pulso, ya no lo tiene.
—El desfibrilador— Digo y lo acercan rápidamente.
—Carguen...
Flash Black.
—Corre— Me toman de la mano y me jalan para correr junto a él— Corre.
—¿Qué pasa? — Pregunto preocupada.