Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Destinada a mi gran cuñado
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Demasiado tarde para arrepentirse: La heredera genio brilla
Novia del Señor Millonario
Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón
Una esposa para mi hermano
Mi esposo millonario: Felices para siempre
La heredera fantasma: renacer en la sombra
No me dejes, mi pareja
Doña Susana una mujer de 70 años, vivía sola en su casa en el sur de la ciudad, solo tuvo un hijo el cual, en vida solo le dio dolores de cabeza, desde muy joven, mostro sus instintos hacia lo malo, haciendo padecer terriblemente a su mamá, pronto se juntó con la gavilla de la colonia, robando a los colonos y metiéndose al narcomenudeo.
Seguido iba a ver su mamá, para llevarle dinero, el cual casi siempre rechazaba, debido a la procedencia ilícita del mismo.
—Lárgate con tu dinero lleno de sangre, me sobra y me basta con mi pensión y con eso tengo
—Mamá, mira se lo que hago porque te hace falta para tus medicinas, sé que ha andado enferma y no es bueno que sigas así
—Ya me las arreglaré, como siempre te digo, yo quiero a un hijo pobre y honrado no a un delincuente
Sin decir nada, Octavio su hijo, se iba triste, sin embargo, siempre ambicionaba vivir bien, de más chico era un problema tras otro, no duraba en ninguna escuela, siendo el penar de Doña Susana, aun a pesar de ello, siempre lo amo como toda madre.
Su angustia creció cuando ya en su mayoría de edad, participo en un atraco a un banco, visitando por primera vez la cárcel, asustada, su mama casi a diario lo veía, pero su hijo lejos de mostrar pena, se ponía más y más duro y difícil, los mafiosos a quienes ayudaba Octavio lograron sacarlo rápido.
Una de tantas tardes él iba a ver a su mamá, la cual, lo abrazaba y charlaba largo rato con él.
—Hijo, ¿Hasta cuándo sentaras cabeza? Mira que un día de estos no veras la luz de un nuevo amanecer
—Mira mami, ya estará de Dios, yo no puedo renunciar a esta vida, además pues ya tengo mujer y nos iremos para otro lado a vivir mejor, lejos de la pobreza y amarguras
—Pero hijo, yo no vivo infeliz, si es verdad que voy al día, pero, yo no ando con miedo en la calle o brinco si veo venir una patrulla, ¿Cómo es posible que esa vida te guste?
—Pues es mi destino, pero recuerde que, si algo me pasa, todo el dinero está en una cuenta, que nadie sabe solo usted en caso de que yo pase a mejor vida
—A mi ese dinero no me importa, solo tú, preferiría que fueras un hombre humilde que un matón lleno de lujos
Mucha lágrima derramaba Doña Susana, ante la carrera delictiva de su hijo, constantemente caía en el reclusorio y así como entraba salía, curtiendo su alma cada día más oscura y perdida.
Una noche, tocaron a su puerta, asustada ella fue a abrir, entro su hijo herido de bala, aterrada lo ayudo a entrar.
¡¡¡ Hijooo!!! ¿Qué paso?
La policía mami, estábamos metiendo unas cajas con mercancía de contrabando y nos madrugaron, como pude llegue aquí, no creo durar mucho, pero, solo vengo por tu bendición
Su mamá, lo acomodo en su cama, fue por su biblia y rosario, empezó a orar mientras sus lágrimas no dejaban de salir, unos fuertes toquidos la asustaron, pero cuando miro a su hijo, él ya había fallecido, abrió la puerta y en un instante un ejército de policías y médicos estaban, ahí.