Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
No me dejes, mi pareja
Extraño, cásate con mi mamá
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
El réquiem de un corazón roto
Destinada a mi gran cuñado
Dolor... es sorprendente como de un momento a otro el dolor nos golpea de forma inesperada; como podemos tener una vida perfecta y está de pronto verse arruinada por los giros del destino.
Muchas veces ni siquiera sabemos cómo sentirnos cuando debemos enfrentarnos a los cambios, a las sorpresas que nos aguarda la vida y que muchas veces pueden desgarrarnos por dentro.
Y todo es aún más difícil cuando debemos enfrentar la perdida de un ser querido y cambiar toda nuestra vida en consecuencia, sin saber cómo sentirnos al respecto.
Eso tuvo que enfrentar Alisson Moore, una niña llena de sueños, de metas cuya vida se vio sometida al cambio de forma repentina... sabía que todo sería un completo caos, colmado de dolor y frustración, de incertidumbre... lo supo en el instante en que observó como la tierra era arrojada sobre el féretro de su madre; mientras las lágrimas corrían sin cesar por sus mejillas, brotando de sus ojos cuál cascadas.
¿Por qué la vida tenía que ser tan injusta?, ¿por qué tenía que arrancarle la vida a su madre de esa manera?, ¿que iba a hacer ahora?, ¡por Dios! tenía tan solo 14 años cuando la desgracia golpeó a su puerta, obligándola a cambiar su vida por completo.
Tuvo que dejar atrás su hogar, su escuela, sus amigos... todo tal como lo conocía cambio, ¿por qué?, porque su madre se había marchado, porque ahora debía ir a vivir con un hombre que para ella era un completo desconocido: su padre. ¿Cómo establecería una vida con él cuando apenas y se conocían?. Todo fue un completo caos... ella lo sabía muy bien.
— Puedes acomodar tus cosas allí — indico el hombre, Richard; mientras señalaba un mueble donde ella podía guardar su ropa.
— Gracias — Respondió ella simplemente, mientras subía su maleta sobre la cama para comenzar a sacar sus cosas.
— Alisson, eres mi hija y solo deseo lo mejor para ti... se que no será fácil adaptarse... — siendo sincero, Richard no tenía ni idea de cómo tratar con una hija adolescente; no convivía con ella desde que tenía aproximadamente 2 o 3 años, cuando su esposa se marchó llevandosela con ella.
— Como sea — respondió la muchachita con desgano, dejando en claro que estaba allí por obligación no por deseos.
— Puedes conocer los alrededores. La cena de sirve a las 7— informo antes de salir de la habitación, dejando a la chica sola; está solo se dejó caer al suelo para comenzar a llorar una vez más. ¿Por qué la vida tenía que ser tan injusta?, ¿por qué había tenido que arrebatarle a su madre?. ¡Todo era tan injusto!, sentía que su mundo se estaba cayendo a pedazos...
Después de llorar por lo menos media hora, observo el reloj que estaba sobre la mesa de noche, marcando tan solo las 5:45 de la tarde, tenía mucho tiempo para explorar lo que ahora sería su nuevo hogar.
Se seco las lágrimas, se puso de pie y salió de los dormitorios de los empleados hacia el jardín, Dervexcrus Hall. Así se llamaba ese lugar, era una enorme villa de la época victoria de Londres, dividida en alas. Con una sección llamada Follyn dónde brillaba una gran jardín, un lago un el más hermoso de los miradores; sin mencionar la inmensidad de los terrenos que daban hacia el bosque.
¡Ese lugar era enorme!, le tomaría un tiempo acostumbrarse y memorizar las direcciones, la casa principal se dividía en 2 facciones notables, el edificio antiguo y el anexo moderno. Era simplemente indescriptible.