**Prólogo**
Somos quienes somos. Cuando eres solitario, puedes apreciar los matices multicolores de tu entorno y la belleza que te rodea.
Un solitario aprende de sus recuerdos y de sus propios pensamientos, llamándolos conciencia.
Una persona normal tiene tiempo para preocuparse por problemas banales y cotidianos, llenos de tabúes, normas y reglas que los dominan. Están condicionados a una vida repleta de mentiras.