Novia del Señor Millonario
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Extraño, cásate con mi mamá
Los Mellizos del CEO
El dulce premio del caudillo
El réquiem de un corazón roto
Yo soy tuya y tú eres mío
Ya no te amo, Sr. Exesposo
En la vasta extensión del horizonte, donde los edificios de vidrio y acero se elevan como titanes desafiando las nubes, está la ciudad de Lumivale. Una metrópoli pulsante y vibrante, Lumivale es un lugar de transformaciones incesantes. Sus calles siempre están en movimiento, repletas de personas que van y vienen, cada una con sus propias historias por contar. Los sonidos de martillos y sierras resuenan en cada esquina, mientras nuevas construcciones brotan del suelo como flores resistentes, adaptándose al siempre cambiante escenario urbano.
La arquitectura de Lumivale refleja la fusión del pasado y el futuro. Edificios históricos, con sus fachadas ornamentadas, coexisten con estructuras ultramodernas que desafían la gravedad. El contraste es evidente en las plazas y parques, donde el verde se entrelaza cada vez más con el concreto, buscando un poco de respiro en medio de la agitación. Con cada nueva transformación, la ciudad revela diferentes facetas, como un camaleón que se adapta al entorno, manteniéndose siempre atractiva y enigmática para sus habitantes.
En el corazón de Lumivale, existe una chica llamada Asa. Una chica tímida y peculiar. Con el cabello despeinado y unas grandes gafas que acentúan su mirada curiosa, Asa a menudo parece perderse en la multitud que la rodea. Para ella, Lumivale es un paradoja, un lugar donde los sueños se entrelazan con la realidad. Mientras las luces de la ciudad brillan intensamente, Asa encuentra consuelo en las sombras, donde su imaginación puede vagar libremente, lejos del frenesí que la rodea.
Cierta noche, al regresar de casa de su novio, Asa recibió la llamada de su hermana gemela, unos minutos más joven, Alma, ese era su nombre.
- Hola. - dice Asa poniendo el teléfono en altavoz mientras se concentraba en la carretera, que muchas veces estaba congestionada, pero esa noche, por increíble que parezca, tenía poco tráfico.
- Vaya, qué grosera. Podrías ser un poco más cariñosa. - dice Alma.
- Oh, ¿qué quiere mi querida hermanita Alminha con este pobre ser que intenta conducir concentrada en medio de una neblina que cubre la carretera? Puedo acabar chocando el coche si sigo hablando por teléfono mientras conduzco.
- Qué amor. ¿Vienes de casa de tu novio nerd? - dice Alma con ironía.
- Al hablar de él así, hablas de mí. Max y yo tenemos el mismo estilo, y solo para dejarlo claro, no somos nerds, somos solo personas que encuentran belleza en la curiosidad y se dedican a entender el mundo a nuestro alrededor.
- Oh, defendiendo al novio. Estoy celosa. - dice Alma. - ¡Ah! Noche de película hoy, voy a hacer palomitas para cuando llegues y poder directamente maratonear Crepúsculo.