Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Novia del Señor Millonario
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Extraño, cásate con mi mamá
El dulce premio del caudillo
El réquiem de un corazón roto
Los Mellizos del CEO
Yo soy tuya y tú eres mío
El gran regreso de la heredera despechada
Eran las 15:30 hora en que salía Annel Fuster de la preparatoria, salio junto con sus amigas de la especialidad de contabilidad, justo al salir de la puerta de entrada cada una se fue despidiendo por lo que Annel quedo sola.
Annel vivía retirada de la preparatoria justo a 2 kilometros de ella por lo que le tocaría caminar un buen rato. Las tardes en su pueblito pintoresco era muy agradable estaba soleado , justo sentía como podía tocarla los rayos de sol, por suerte ella era muy atletica y esas caminatas no le molestaban en lo absoluto, su cabellera larga y rizada se movia al caminar, su piel era trigueña y no media mas de 1.57mts. Era una chica bastante timida ya que a sus 17 no habia tenido ningun novio, lo cual no era impedimento de que le gustara uno que otro muchacho.
Cerca del parque principal sobre el corredor de una de las casas por donde cruzaba Annel vio la silueta de aquel joven alto media cerca de 1.80mts , guapo y de buen porte que tanto le gustaba, él era Manuel Romero.
El apellido era muy conocidos por todos en el pueblo ya que era una familia de muy buen estatus económico.
Era logico que siendo un chico guapo y adinerado todas las muchachas quisieran atraparlo, lo que era muy fácil para el darse sus dotes de mujeriego .
Como los Fuster y los Romeros se conocían a la perfección era lógico que ellos se conocieran aunque Manuel era 10 años mayor que Annel.
Cuando Annel paso justo al lado de Manuel sus miradas se cruzaron y solo ambos se saludaron con un "Hola!!", Annel pudo ver a su paso que él estaba coqueteando con una bella joven, por lo que no le dio importancia y Annel siguió su camino sin importarle despues de todo solo era su amor platónico.