Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Novia del Señor Millonario
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Extraño, cásate con mi mamá
El dulce premio del caudillo
El réquiem de un corazón roto
Los Mellizos del CEO
Yo soy tuya y tú eres mío
El gran regreso de la heredera despechada
Era de tarde, en un hogar de clase una mujer esperaba que su marido llegara del trabajo, su hija había ido por una mochila que había olvidado en el auto, al salir de casa una camioneta paró a mitad de la calle, un sujeto bajo de ella, cargo a la joven la cual intento luchar pero no pudo hacer mucho pues era casi imposible que alguien como ella luchara con alguien que la doblaba en tamaño y fuerza.
Los secuestradores no sabían que el padre de la joven los había observado, pero sabía que sería tonto de su parte bajar del auto e intentar luchar con ellos pues sabía que no iba uno solo y el no podría hacerle frente a dos o tres hombres, decidió seguirlos y dar aviso a la policía.
En la camioneta, unos diez minutos después del rapto los hombres se percataron que un auto los seguía, el chófer piso el acelerador con todas sus fuerzas y por el retrovisor observó como el auto se perdía a lo lejos.