Novia del Señor Millonario
Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Extraño, cásate con mi mamá
Los Mellizos del CEO
El dulce premio del caudillo
El réquiem de un corazón roto
Yo soy tuya y tú eres mío
El gran regreso de la heredera despechada
Me casé hace diez años a los 23 años, ¿muy joven cierto? Para algunos es muy joven y para otros sería la edad perfecta para casarse, ya que antes se casaban en la adolescencia.
A diferencia de algunos casamiento, yo me casé por amor y llevamos diez bonitos años de matrimonio, mi esposo se llama Blake Grant, eso quiere decir que soy la señora Grant.
Blake y yo nos conocimos en la universidad aunque ambos estudiamos carreras extremadamente diferentes. Yo estudié ingeniería ambiental y él estudió marketing, comunicación, publicidad y RRPP (relaciones públicas).
Nos conocimos porque es amigo de un amigo y ese día simplemente lo estaba visitando o algo así, el punto es que desde un principio ambos nos gustamos de inmediato, tanto que ese día no perdió el tiempo en salir conmigo, yo al principio me hice la difícil, ya saben, para que no creyera que todo estaba ganado y así pueda descansar para no dar más esfuerzos.
Pero cuando le di la oportunidad porque a la vez tenía muchas dudas, ya que no quería dañar una amistad que se había formado después. Me di cuenta que fue todo lo contrario, cada día se esforzaba para enamorarme, era muy atento y caballeroso, yo era su princesa.
A pesar de que no éramos ricos, se podría decir que estábamos en la clase media o algo así, estudiábamos y trabajamos, Blake estudiaba dos carreras al mismo tiempo y con el poco tiempo que tenía, lo invertía en mi, aunque se encontraba cansado, hacia todo para que lo nuestro funcionara y yo también ponía de mi parte para que tuviéramos éxito.
Al fin y al cabo, mi visión de una relación es que ambos somos un equipo, eso sí, jamás estuve de acuerdo con el 50/50, mi esposo y yo hacemos lo del 50/50 en cosas del hogar, pero en cuestiones de citas, viajes y esas cosas, la mayoría del crédito, él se las lleva.
Ambos nos regalamos cosas cuando vamos a tener una cita, tampoco es que no le quiero hacer saber a mi esposo que no lo quiero, pero si, así nuestro matrimonio ha funcionado.
Al principio siempre quería ser yo la que lo invitaba, pero él me dijo que si yo lo hacía, le estaba quitando su puesto de hombre, porque si no puede hacer algo tan sencillo como invitar, organizar una cita a la chica que ama, ¿Cómo se prepararía para grandes cosas? Entonces le di la razón y deje que él lo hiciera.
¿Y saben que? No es malo o preocupante, confío totalmente en mi esposo y sé que puede lidiar con eso, además, es bastante cómodo para mí, no tenía que preocuparme de nada.
Desde pequeño a Blake le encantaba mucho el deporte y quería ser representante deportivo o trabajar en uno de los equipos para conseguir jugadores a los equipos o manejar el dinero de los jugadores, así que desde cumplió los 16 años, se movió mucho o eso me contó, es una industria bastante competitiva y él fue demasiado inteligente para hacerlo desde joven.
Tal vez si no hubiese actuado antes, no estaría en esta posición ahora. Hace 5 años, tuvo una oportunidad de trabajo importante, tenía buenas ideas y su empresa ni siquiera se dignaban a escuchar, él muy decepcionado fue a un bar, encontrándose con un jugador inesperadamente.
Le contó todos sus planes y en cómo sería beneficioso para los jugadores, claro que mi esposo sabía quién era el jugador, así que cuando lo vio en el bar, no perdió la oportunidad, como les digo, mi esposo es muy inteligente. El jugador quedó fascinado y lo contrató como su agente, esa noche celebramos en un lujoso restaurante ya que le pagaron por adelantado.
Nuestras vidas habían cambiado, pasaron de ser de cosas normales a lujos, estaba tan orgullosa de él y muy agradecida también, pues desde que terminé los estudios, no había podido conseguir trabajo como ingeniera ambiental.
En esta país me discriminan por ser mujer y de paso latina, soy mexicana, no es que me discriminen por ser mujer, solo que la carrera que escogí aquí no es muy visto que las mujeres trabajen.
Sin embargo, no iba a dejar que Blake me mantuviera, por muy gustoso que estaría, sé que él también estaba pasando por mucho porque al principio no estaba trabajando de lo que él quería.
Encontré trabajo como diseñadora de jardines y eso fue más que suficiente, cuando Blake consiguió el gran trabajo, me ayudó con su dinero a formar mi empresa. Claro que todo eso fue después de casarnos, que por cierto, la boda estuvo maravillosa.