Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
No me dejes, mi pareja
Extraño, cásate con mi mamá
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
El réquiem de un corazón roto
Destinada a mi gran cuñado
Las calles se empapaban de la lluvia junto con las lágrimas de la pequeña que estaba en el suelo de algún lugar de esta ciudad oscura solo alumbrada por algunos focos funcionando. La mirada de Lucía se dirigía a la persona que estaba atrás de ese disfraz de payaso sus brazos y piernas ya no tenían fuerzas, al igual que su corazón al recordar que su tío la abandonó en ese lugar donde se encontraría con su final.
-muerete, tanta ganas tienes de vivir rata. La rabia no le daba ya miedo pues después de haber suplicado que no la matará a hora lo deseaba y sentía que su conciencia la abandonaba, cada vez le costaba más respirar y la precisión de su pies de esa persona no ayudaba. Sintió como se dirija a la nada soñando con sus papás. Cerca, en una ventana está una niña mirando tratando de convencerse que no podía ayudar a la niña. Sus fantasmas de cuántas veces había huido de las personas que le querían hacer daño primero su padre, que luego se enteraría que no era más que su padrastro, lloro sin más se dirigía hacia aquel callejón con el arma. La locura se apoderó de Laura recordando todo lo que su mente retenía su máscara ocultar todo menos su mirada psicópata que la persona que estaba delante de ella noto después del tercer disparo, disfruto darle el Tiro de gracia con una risa enferma. ¿Estás bien?...por qué yo estoy bien. - soltó una risa mientras revisaba todo- vamos a ver enfermo. Se repetía mientras estaba viendo el cadáver, volteo hacia la niña y tomó su mano. -todo está bien. Ya nadie te ara daño. Lucía se dejó ir a la nada y dando las gracias a quien fuera por enviar ese ángel. Laura tomó su cuerpo y empezó a caminar, sin duda sabría dónde llevarla. Las calles estaban desiertas y después de todo este era unos de los lugares más peligrosos y marginados, siguió sin más hasta llegar a una casa que tenía una señal de hospital de mala muerte pero ella sabía que era confiable apresar del aspecto que daba. Cuando llegó la dejaron entrar sin explicación pues no era la primera vez sobrevivido, cuando vio a la persona que anduvo buscando se acercó dándole la niña de cabellos rojos como la sangre. -bios no me puedes traer a cualquier persona que termine herida