Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
Extraño, cásate con mi mamá
El réquiem de un corazón roto
No me dejes, mi pareja
El dulce premio del caudillo
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
Los Mellizos del CEO
Prólogo
«Todo mejorará»
Eso es lo que mis terapeutas, gente de servicios sociales, policías y doctores me dijeron alrededor de toda mi vida.
Todavía sigo esperando que suceda.
Viví diecisiete años con el alcohólico de mí padre y cuidando a mí madre esquizofrénica, ¿toda cosa que me pasara era mejor que eso, cierto?
Y por un momento, cuando tuve dieciséis, pensé que por fin algo bueno me estaba pasando, pensé que Shawn era la salvación a mí vida de mierda. Mi boleto para escapar. Que era lo único bueno que alguna vez iba a tener.
Íbamos a vivir juntos para siempre, en una casa grande y muchos niños. Eso es lo que pensé cuando me invitó a salir por primera vez. Imagínense, la primera cita y ya imaginaba el vestido de novia.
Qué gran error.
Shawn arruinó mí vida, bueno, la estropeo más lo que ya estaba. No podía reconstruir nada allí. Todas las paredes que me mantenían fuerte, se derrumbaron después de aquello. No podía levantar pieza por pieza. Ya no.
Por mí vida de mierda, ahora estoy aquí.
Esperando que «Todo mejore».
Mi madre fue internada en un centro psiquiátrico por su enfermedad. Mi padre... No lo sé. Me fui de casa sin despedirme de él y tampoco creo que aprecie que no estoy.
Estoy quedándome con mis tíos en Welling, Reino Unido. Ellos ofrecieron mucho tiempo cuidarme, pero no tenía planeado dejar a mi madre en ese momento, necesitaba de mí.
Ahora sin ella, no tenía excusa para seguir en ese lugar, simplemente tenía que irme.
Creí que podría ser una adolescente normal. Preparatoria, familia y la capacidad de poder respirar correctamente cada vez que salía por las calles sin ser reconocida como «la puta mentirosa» que para los ignorantes era.
No obstante, aún tenía temor de ser buscada y que alguien supiera de mí pasado, pero preferí vivir con temor, que en el mismísimo infierno.
Mi tía es cariñosa, tengo un malditamente gran guardarropa, una prima popular. Una casa gigante y brillante. Y gente que no me conoce. Esto debió ser un nuevo comienzo.