Una esposa para mi hermano
Yo soy tuya y tú eres mío
El camino a reparar tu corázon
Vuelve conmigo, amor mío
El regreso de la heredera adorada
La segunda oportunidad en el amor
Tener hijo con mi mejor amigo
Enamorarme de ella después del divorcio
El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
¿Quién se atreve a cortejar a mi reina encantadora?
Posa una de sus manos en mi trasero, apretándome contra él. La otra la introduce por debajo de mi blusa ascendiendo de forma irrefrenable hasta mis pechos.
El deseo envuelve el despacho y a nosotros. Nuestra lenguas juegan en un baile erótico, compulsivo y de necesidad.
Desabrocha los botones de mi camisa y yo, lucho contra su cinturón tirando de la hebilla para terminar bajándoselos impacientemente.
Me coge a peso y aprovecho para rodear su cadera entre mis piernas, llamándolo, invitándolo, necesitándolo.
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Camino hasta casa con la chaqueta colgando del brazo. Tengo la esperanza de que el aire fresco se lleve el pecado de mi cara.
Me acabo de acostar con mi jefe y mi novio de toda la vida me espera en casa. Bien por ti Emma, solo eres una guarra, podría ser peor...
Se que lo que he hecho está mal pero también estoy convencidad de que volvería a hacerlo. Mi relación está muerta desde hace tiempo y creo que lo único que nos une a Toni y a mi es la hipoteca que hoy en día une a las parejas más que el matrimonio.
- Ya estoy en casa- vocifero al abrir la puerta
- Llegas tarde ¿ Por qué no has avisado?- inquiere molesto
-Lo siento cariño, hemos tenido mucho trabajo. Vengo agotada
Con estas últimas palabras tengo que desviar la mirada, no puedo mentirle y mirarle a los ojos a la vez.
Lo dejo en el salón para entrar directamente en la ducha, quiero quitarme cuanto antes el olor de su perfume, de su cuerpo... y solo con pensar en él, se que si me volviera a llamar volveria a encerrarme en su despacho.
El único problema es que conozco perfectamente la trayectoria amorosa de Ian, mi jefe, o para ser más exactos, la NO trayectoria amorosa.
Siempre despampanantes mujeres pasan a su despacho o tengo que reservar en restaurantes caros para él y sus mujeres. Rara vez le he visto repetir cita con el mismo nombre.
¡¿Qué vamos a cenar?!- grita Toni aporreando la puerta del baño
-No lo se... ya salgo
Rebusco en la nevera algo para comer que se haga rápido y no necesite mucho esfuerzo.
-¿Una tortilla?- pregunto sosteniendo un par de huevos