"Hija, recuerda lo que te dije. No muestres tu verdadera belleza ni talentos hasta que cumplas veinte años".
Durante quince años, Elliana Marsh vivió respetando el último deseo de su madre. Se obligó a parecer sencilla y a actuar como si no supiera nada, solo para no llamar la atención.
Sin embargo, ese era el día de su vigésimo cumpleaños, y ya estaba lista para dejar su fachada y mostrar su verdadero ser.
Llenó la bañera con agua tibia, añadió sales de ducha y colocó el desmaquillante cerca. Comenzó a desvestirse para darse un largo y relajante baño; después, se quitaría el horrendo maquillaje.
De repente, un golpe resonó en la puerta. Molesta, se puso la ropa y abrió.
Melody Ahmed, la criada, estaba allí, mirándola con desdén, como siempre. "Elliana, ¿qué haces aquí escondida? Hoy se casa la señorita Jones. Si no te presentas, la gente empezará a murmurar y eso podría dañar la imagen de toda la familia. ¡Ve al salón principal, ahora!".
Elliana sonrió con desprecio. Esa sirvienta nunca la había tratado bien. Además, decir que se escondía era impreciso: la realidad era que la habían relegado a ese cuartucho tras la muerte de su madre, quince años atrás. Después de que su mamá falleciera, Kiara Jones, su madrastra, y Paige Jones, su hija ilegítima, no perdieron tiempo en unirse a la familia Jones, respaldadas por su padre, y se apoderaron de todo.
Lo peor era que Darin Jones, su verdadero padre, no la trataba cómo se merecía.
"Voy a cambiarme", respondió Elliana con calma.
"¿Para qué? Con esa cara tan fea, ningún vestido puede ayudarte. ¡Muévete! La familia Evans ya está aquí. Además, los empleados del Registro Civil están en el lugar, listos para revisar los documentos con los que registrarán el matrimonio del señor Evans y la señorita Jones. La señora quiere que todos estén presentes para el gran momento", bufó Melody.
Elliana sonrió con frialdad.
La familia Evans era la más poderosa en Ublento. Cole Evans, su heredero, era un genio de los negocios, mientras Paige era la socialité favorita de la ciudad. Naturalmente, la noticia de su compromiso ya estaba por todas partes, y la gente ya se refería a ellos como la pareja perfecta; incluso, algunos decían que habían nacido el uno para el otro. De hecho, se usaban todos los cumplidos para describirlos. Y en las redes sociales, todos esperaban la gran boda.
Elliana sabía que Kiara simplemente la llamaba para que viera brillar a su hermanastra. Resignada, siguió a Melody al salón principal. La residencia de la familia Jones parecía un palacio, adornada con un lujo exagerado para celebrar el gran día de Paige.
Todos estaban vestidos elegantemente, a excepción de Elliana. Esta destacaba como un pez fuera del agua con su blusa blanca barata, sus pantalones de mezclilla rotos y su maquillaje horrible. Honestamente, no solo chocaba con la escena, la arruinaba.
Kiara platicaba con el abuelo de Cole, Ruben Evans, cuando Elliana entró. En el acto se detuvo y le dedicó una sonrisa falsa. "Elliana, te compré un vestido hermoso. ¿Por qué no te lo pusiste?".
La aludida estuvo a punto de poner los ojos en blanco, pues Kiara nunca hacía nada por ella. Solía fingir ser despistada y le seguía el juego, pero para ese punto, ya estaba cansada. No se molestó en responder. En cambio, se dirigió a Ruben y lo saludó cortésmente: "Hola, señor Evans".