ARIELLE L'BLANK FERRARI
Y ENMANUELL GIORDANO.
El sonido de la alarma de su celular, le anunciaba el cambio de hora en las clases.
-Lo siento chicas, pero no estaré en clases de gimnasia, tengo algo muy importante que hacer.
Arielle siguió con su mochila y salió corriendo del aula de la universidad, subió a su auto y manejó pasándose las señales de tránsito para llegar al aeropuerto de Roma.
Llegó, bajó del auto y corrió por los pasillos, tenía que estar antes de que llegara sus abuelos Fabrizzio y Mericci.
-¡Abuelos! -gritó llamando su atención.
-Hija, nieta querida cómo estás. -respondió Fabrizzio y correspondiendo al abrazo de su nieta.
Arielle se abrazó a ellos y después salieron del aeropuerto.
-Espero te estés portando bien hija.
-Yo siempre me porto bien abuelo, lo que pasa es que no se adaptan a mi comportamiento. -respondió entre risas
-Hija, ya cumplirás diecinueve años, pronto te irás a Alemania, no seas preocupación de tu madre. -dijo Mericci acunando su rostro entre sus manos. Mientras Arielle sonreía.
-¿Está todo listo para tu fiesta de cumpleaños.?
-Si abuelo, todo listo en el crucero, será la mega fiesta.
Dijo muy emocionada mientras conducía su Ferrari deportivo rojo.
Llegaron a la mansión L'Blank y todos estaban esperando para el recibimiento de los patriarcas de la familia.
Todos reunidos en el jardín y con las invitaciones enviadas a las familias esperaban el día de la gran reunión en el crucero.
El teléfono sonó y Arielle respondió a la llamada de su mejor amiga.
-¿Dónde estas? -preguntó Arielle tomando su cartera y saliendo nuevamente.
-Estoy en el centro comercial, ven. -respondió su amiga
Media hora después, Arielle y Rachel estaban caminando por los pasillos comiendo un helado. La forma en la que pasaba la lengua por la crema, como después la pasaba por sus labios era involuntariamente sensual, a la vista de Emanuelle Giordano, quien al verla pasar se quedó viendo a esa joven esbelta de cabellos teñidos de lila.
-Es muy hermosa esa mujer y la candidata perfecta, la quiero para mí. -dijo acariciando su labio inferior con su pulgar.
-Es la hija de Jordan L'Blank, puedes asociarte con él, unir sus empresas.
-Se quien es, había escuchado de ella pero no tenía el gusto de verla, ahora ya convertida en una mujer, su padre y no permitirá un matrimonio comercial.
-Pues toca intentarlo como lo indica la tradición si es ella la escogida entonces.
Emanuelle miró a su asistente y sonrió.
-Empieza enviando flores entonces.
Doménico miró a Emanuelle que aparte de su jefe era su mejor amigo, lo miró achicando los ojos, como escudriñando las verdaderas intenciones que tenía esa petición.
-¿Acaso esta vez será de verdad? -preguntó para confirmar lo que ya sabia.
-Solo quiero una esposa de papeles de fotografías, no una de verdad, ya sabes que mi padre me quiere ver casado cuanto antes y lo voy a complacer.
-¿Y por qué ella.? Habiendo muchas otras que por cierta cantidad de dinero aceptarían. Esa mujer que ves ahí no te aceptará esa propuesta.
-Por qué esa mujer me gustó. Y la quiero. -habló con determinación y caminó para acercarse a ellas.
Emanuelle caminó fingiendo distracción y terminó chocando con ella haciendo que su helado cayera al suelo.
-¿Acaso eres ciego? -renegó Arielle mirándolo fijamente.
-Disculpe, no la vi, estaba distraído. se disculpó, mientras Arielle lo fulminaba con la mirada.
-Pues arruinarte mi tarde.
Un vendedor de rosas pasó por ahí y Enmanuell los tomó y las entregó a ella.
-Toma, es mi manera de disculparme.
-No me gustan las rosas. -dijo rechazando las.
-Entonces dime qué te gusta para darte las.
-Dejalo así, no pasa nada, estás disculpado. -dijo Arielle tratando de seguir sin tomarle importancia.
Rachel romántica y soñadora, estaba encantada mirando la escena y haciéndose una y mil escenas de amor entre su amiga y el desconocido.
Miro a Enmanuell y respondió cuando el pregunto en voz alta.
-Dime tus flores favoritas y llenare tu mundo de ellas.
-Lirios. -respondió Rachel siguiendo a Arielle que no le dio importancia a nada de lo que pasó.
Doménico tomó nota de cada día enviar Lirios a Arielle.
Tres días pasaron en los que Arielle empezó a recibir lirios blancos.
-Señorita estos le llegó nuevamente.
Arielle miró el bouquet de flores y sonrió.
-Enviaste todos los datos al investigador . -preguntó Arielle a la asistente que tenía.
-Si señorita, el mismo día que usted lo ordenó debe estar por llegarle información, le pedí que fuera a diario como usted lo sugirió.
-Perfecto. ¿Todo está listo?
-Solo falta que ustedes estén en el barco y zarpar.
Las horas pasaron y estaban de camino al barco cuando las notificaciones llegaron de su correo.
Dejó su portátil y se concentro en el camino.
Ya todos estaban esperando a su llegada cuando vio un pasillo de flores blancas, paro el auto y salió a mirar sorprendida.
-¿Qué carajos significa esto? -renegó mirando todo ese derroches de Lirios. Caminó despacio mirando hasta que estuvo frente a Enmanuell.
-¿ Que significa esto? ¿Acaso te volviste loco?
-Te dije que llenaría tu mundo de Lirios.
-Pues no me interesan tus Lirios, te puedes ir por donde viniste con ellos.
Julianne se acercó tomándola de la mano.
-Hija, no seas descortés con Enmanuell. ¿Por qué no nos dijiste que tenías novio?
-¿Qué? ¿Cómo que....? -sus palabras se interrumpieron cuando Enmanuell se acercó a ellas.
-Puedo hablar con ella.? Por favor.
pidió el antes de que Arielle hablara algo más.
-Querida.
-Al carajo con eso de querida. ¿Cómo es que mi madre esta diciendo locuras ? ¿Qué es eso de ser novios?
-Me tomé el atrevimiento de pedir que me dejarán hacer esto para discúlpame por qué no recibo una respuesta tuya.
-¿Qué respuesta?
-Si me perdonas o no.
-Estás loco en verdad. -respondió Arielle sintiendo esa situación absurda.
-Me encantas morita.
-Estas loco en verdad. -respondió sonriendo.
Jordan se acercó para informar que tenían que subir al barco.