Usted no encuentra el amor, el amor lo encuentra a usted.
Tiene un poco que ver con el destino, la suerte
y lo que está escrito en las estrellas.
Anaïs Nin.
Ariana se ha mantenido inmóvil recostada en la cama por lo que parece una eternidad, pero en realidad solo han pasado unos pocos minutos. La ansiedad me carcome y me desespera, sin embargo, trato de mantenerme lo más tranquilo que puedo. En el fondo de mi corazón sé que la charla indeseable debe hacerse y no se puede posponer más.
Me levanto del sillón reclinable que yace, por un lado, de la cama y me acerco acuclillándome junto a ella para verla de frente; una pequeña lágrima roda por su ojo al mismo tiempo que trata de no romper en llanto. Quito el flequillo de su frente para luego depositar un tierno beso como cuando éramos niños.
—Estoy aquí princesa, estoy contigo. No estás sola. —Al oír mis palabras ella toma mi mano acunándola en su pecho y rompe a llorar.
La abrazo.