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NUNCA SU SUMISA

NUNCA SU SUMISA

sheylaGarcia

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Capítulo

Ella era fuerte, como un huracán en un pueblo pequeño. Él no estaba acostumbrado a no ser tomado en cuenta ni mucho menos a estar por debajo de nadie. Ambos aprenderán una lección importante sobre la vida: nunca escupas hacia arriba. Cassie Blake es una empresaria a la que su prometido, el amor de su vida, le fue infiel con su secretaria. Ella ya no cree en el amor ni en quienes lo presumen. Jonas Cortes es un hombre seguro de sus sentimientos, respetuoso e intenso. Él llega a MeadVille, el pueblo que lo vio nacer y crecer, y debe hacerse cargo por petición de su hermano difunto de sus dos sobrinas. La vida de Cassie y Jonas se complica, se vuelve ardiente y pasional, pero Cassie no está completamente segura de poder amar a Jonas como él exige. ¿Podrá volver a confiar? ¿Se dejará llevar por ese afecto que siente de repente por su subalterno? Acompaña a Cassie y a Jonas en el descubrimiento de sus vidas y su yo interior. No está de más entregarse cuando el amor es real.

Capítulo 1 CAPITULO UNO

—Me importa un carajo que tenga que alimentar a dos niñas, usted no está capacitado para ser mi jefe de ventas. Sus ideas son fantasiosas e inverosímiles. No hay lugar para usted en mi empresa. —La mujer era dura, podía notarlo por cómo hablaba.

Estaba impaciente por irse. Solo era un rechazo.

—Espero que nunca se vea en esta situación, señora. Espero aún más que nunca me necesite. La vida da muchas vueltas. Ya me ha demostrado que es una jodida perra cuando quiere joder.

La mujer le hizo un gesto con la mano y arrugó la cara. No estaba acostumbrada a ese lenguaje. Jonas se fue con su cabeza en alto y sin mirar atrás. Era un hombre fuerte, jamás recibió un no por respuesta ante ninguna solicitud. En esta ocasión, viviendo en un pueblo pequeño como era MeadVille, debía organizar sus ideas y crear su próximo plan.

Había decidido ir a esa empresa de ventas online de tarjetas de invitación, felicitación, etc., ya que pensaba que podría conseguir un empleo rápido para pagar al menos todo lo relacionado con las niñas, pero la mierda se complicó.

Él no era un tipo de calma y escucha.

No, Jonas Cortes era de acción y movimiento.

La mujer que lo entrevistó estaba entrada en los cincuenta. Su postura era implacable, pero debía poner los pies sobre la tierra; ventas online de tarjetas y disparates para eventos no era algo a largo plazo, por lo tanto, debía incursionar en otras áreas. Su respuesta fue que él no estaba capacitado. Suponía que era más fácil para ella tirarle la culpa al desconocido que aceptar que su negocio iba en picada.

—¿Ahora qué? —se dijo en voz alta.

La vida de Jonas Cortes cambió drásticamente cuando fue nombrado tutor hacía poco más de una semana de las dos niñas de su hermano muerto, el cual había fallecido al caer de un quinto piso mientras trabajaba en la construcción de este. Jonas estaba nombrado como familiar de emergencia en su plantilla laboral y fue llamado de inmediato. Las niñas apenas tenían tres años. Gemelas gracias a su genética. Su hermano Joel y él se salvaron al ser la generación que se saltaba para que nacieran gemelos.

Jonas era el más viejo y ahora único hijo con vida de la pareja Cortes.

Debía conseguir un trabajo y que fuese rápido. Las niñas no se alimentarían de leche en polvo toda la vida.

Dejó su trabajo en Boston para cuidar de sus sobrinas, Melany y Carmela. No sabía que todo se volvería tan complicado en tan poco tiempo. Sus padres ya estaban en los sesenta años y no quería separarlos de las niñas, por eso tomó la decisión de mudarse a ese pueblo alejado de todo. Sus ahorros menguaban. Había descubierto un desastre colosal en su casa materna y no tuvo más remedio que reparar la casa de suelo a techo. Con facilidad podría conseguir trabajo en la ciudad, pero eso implicaría irse y dejar las niñas. Solo no podría cuidarlas y debía demostrar que podía ser responsable para que el estado no se involucrara más y quisiera quitárselas. Ellas eran el único recuerdo de su hermano. Las cuidaría por siempre.

Haría lo que fuese necesario para sacar a esas niñas adelante.

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