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NUNCA SU SUMISA

Capítulo 2 CAPITULO DOS

Palabras:1438    |    Actualizado en: 13/03/2023

e debes bajar la tapa c

o. Su sobrino era un adolescente complejo. Espe

ssie —le gritó des

antes de irse a trabajar y luego al regresar. También sucedía lo mismo c

de infancia, le agradaba tener compañía al fin. Su único hermano, Matthew, envió a su sobrino

de que Mel consumía algún tipo de droga

o fuese la mejor manera, vivir por tres meses

¿dónde pusist

tendido y consideró la

jases de usarlo, pero entiendo que arruinaría tus vacaciones —co

aste. —La abrazó y salió a to

plió los diez años. Se dio cuenta de que su hermano siempre sería su hermano y el hombre que la cuidaría, pero se percató de que había más peces en el mar, los cuales, según su madre, eran correctos para enamorarse. Era un co

ya al trabajo

os de tacón de aguja. Según su sobrino, esos zap

unto de chaqueta y falda entallada por completo a su cuerpo, camisa blanca por lo regular y tacones negros o rojos. Todo dependía de qué clase de clientes o r

spiró aire puro. Al menos al

nivel arquitectónico. Eran casas convertidas en arte. La suya destacaba p

ía a muchas personas influyentes y de dinero, las cu

un diseño más acorde con el dueño de la vivienda. Muchas fueron derrumbadas y vueltas a

e su departamento completo, lleva

ake —la saludó la secreta

critorio y retiró el café que

a enterado desde temprano cómo le

sentante de Compras y pedidos —le comunic

ó la cartera en el escritorio y se

bre —balbuc

está la niña»

? —Levantó

iosa, y eso podía notarlo a simple vista. Le abur

vieja e imp

contratistas bravucones y con decoradores obsoletos. Su temple y falta de nerviosismo l

embobada y hacer que pase el caballero? —Su pregunta y

n la alfombra que había en el medi

al cielo. Las tontería

se abrió d

ó en

n cuestión e

ersie no la preparó

as. Asimismo, calzaba unos zapatos marrones, los cuales hac

dó acercándose

inmediato como sprint

e sí mismo. El saludo no duró más de dos segundos, pues el hombre

ortes. —Se sent

o latido acelerado de su corazón. Era una sensación extraña p

pertenecer a su plan

mi r

o. Ella tenía el poder. Ella tenía el

o más que eso tengo el tiempo y la disponibilidad de horarios, así sea de madrugada. Aceptaré cualquier salario, siempre que cubra los gastos gen

rpadear. Era seguro y

vistas o en verdad pensaba que podía con

e son

in embargo, no me convence. ¿Por qué debería darle un trabajo en mi plantilla? Sus palabras, por más

es lo que hay. Solo que no pierdo mi tiempo

eres

conmigo, que no se deje convencer de aceptar pedidos dañados ni tardíos, que

erfecta y luminosa—. He tenido personal a mi cargo y en esta ocasión me toca hacer de sub

eres

el diccionar

se hombre era peligroso, muy peligroso. Él sabía que logró pensamientos

pero necesitaba un encar

y repensarlo, Cass

n que vea que su comportamiento me daña a mí o a mi trabajo de alguna

bió las ceja

ajo y había provocado un

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